En resumidas cuentas, el Atlético esperará a la reapertura del mercado para retomar las negociaciones con el Chelsea y traer de vuelta a Diego Costa de Londres, como ya hiciera con Filipe Luis hace dos veranos. El interés es mutuo. El Atlético quiere a Costa y Costa desea convertir al Metropolitano en su nuevo hogar. Públicamente, el club colchonero se ha mostrado muy esquivo en las declaraciones en torno a los fichajes para evitar una nueva sanción del TAS, el mismo organismo que no le ha permitido incorporar a ningún jugador antes del comienzo de la temporada. La actitud cambia a la hora de mirar hacia la siguiente ventana de fichajes y Enrique Cerezo, presidente del Atlético, ha dejado abierta las puertas al retorno del delantero hispano-brasileño.
"Ya sabéis que no podemos fichar. En enero puede venir Costa o muchos otros", afirmó el máximo mandatario en un acto en los alrededores del nuevo estadio rojiblanco. Es el jugador que Diego Simeone quiere para dar continuidad a su proyecto después de renovar recientemente hasta 2020. A falta de su llegada y la de Vitolo, el Atlético se las está apañando para sacar adelante los partidos porque ha conseguidos cuatro de seis puntos posibles y se postula en las apuestas como la primera alternativa al título, en caso de fallar Real Madrid o Barcelona. En la última temporada con Diego Costa al frente del ataque, los colchoneros ya acabaron en la tabla por delante de los grandes de la competición, aunque en esta ocasión solo podrá colaborar en dicho objetivo durante la segunda vuelta.
Inscrito para jugar la Premier
Costa todavía no se está ejercitando en las instalaciones del Chelsea al haber ampliado sin permiso sus vacaciones en Brasil. El jugador abrió su propio litigio con el club, una vez supo que Antonio Conte no contaba con él para esta campaña. Está inscrito para jugar la Premier League, pero salvo una plaga de lesiones sus opciones de volver a jugar para Conte son escasas. Pese a terminar como el máximo artillero del equipo el curso pasado, el técnico no le quiere y la directiva está de su lado. Su degradación dentro del Chelsea es tal que los empleados del club han movido su coche al aparcamiento de los futbolistas con ficha juvenil y se le ha vaciado la taquilla.
No es el primer futbolista del Chelsea que sufre un ostracismo de este tipo en los últimos años. Muy sonado fue también el caso Florent Malouda, al que se obligó a trabajar durante muchos meses con el segundo equipo. Un trato similar le espera a Costa a su vuelta a Londres, salvo que consiga forzar una cesión a Turquía, donde el mercado de fichajes aún está activo, hasta enero.
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