Aprobada con 19 votos a favor, 14 en contra y 2 abstenciones, la iniciativa se apoya en la Convención de Derechos de la Infancia de Naciones Unidas, que establece el derecho de los niños a disfrutar de tiempo de ocio.
Por ello, pide la creación de un grupo de trabajo integrado por docentes, expertos, padres y representantes de la comunidad educativa, donde se llegue a una postura común sobre la finalidad de los deberes, el tiempo que se debe destinar a su realización en cada etapa, el tipo de tareas que se pueden asignar, la coordinación de equipos docentes, el papel de las familias y los recursos que han de existir en las casas de los niños, entre otras cuestiones.
La iniciativa propone que las conclusiones sirvan para elaborar una nueva ley educativa y, a propuesta de Ciudadanos, grupo de trabajo se pondría en marcha dentro de la subcomisión parlamentaria creada para alcanzar un pacto social y político por la educación, y no a partir del Consejo Escolar del Estado como proponía el PSOE.
Junto a la enmienda de Ciudadanos, los socialistas aceptaron otra propuesta de Esquerra para reforzar la presencia de las comunidades autónomas en la regulación de estas tareas y rechazaron la enmienda de sustitución presentada por el PP.
En su intervención, la diputada socialista María Luz Martínez reclamó que en los deberes extraescolares se procuren evitar tareas repetitivas como colorear, repetir copias o resolver cuentas que los niños pueden hacer en clase, y en su lugar“se fomente la creatividad y la motivación.
Además, advirtió de que “al hacer recaer el proceso de aprendizaje en las familias, estamos introduciendo una importante brecha de desigualdad social. “No todas las familias tienen estudios superiores, disponen de tiempo suficiente o pueden pagar academias o profesores particulares”, dijo. En su opinión, distintos estudios han demostrado la ineficacia de los deberes y cómo se abusa de ellos en España.