Greenpeace ha presentado 32 propuestas clave para el anteproyecto de la nueva Ley Alimentaria en Cataluña, con el objetivo de transformar el sistema productivo y proteger el territorio. La organización aboga por la agroecología, la soberanía alimentaria y el acceso justo a la tierra, además de exigir el reconocimiento del derecho a una alimentación saludable y sostenible. Aunque valora positivamente las medidas sobre consumo, considera que las relativas a producción son insuficientes. Greenpeace propone establecer objetivos vinculantes para la producción ecológica y crear un fondo específico para la transición agroecológica. También destaca la necesidad de reformar la compra pública alimentaria, garantizar el acceso a la tierra y fomentar dietas más saludables. La organización hace un llamado a las instituciones catalanas para desarrollar esta ley con criterios sólidos que aborden los desafíos climáticos y sociales actuales.
Greenpeace ha presentado un total de 32 propuestas clave para el anteproyecto de la nueva Ley Alimentaria en Cataluña, con la intención de transformar el sistema productivo y salvaguardar el territorio catalán. La organización ecologista aboga por la agroecología, la soberanía alimentaria y un acceso equitativo a la tierra, así como por el reconocimiento del derecho a una alimentación saludable, sostenible y justa para todos.
La valoración de Greenpeace sobre las medidas actuales del texto es positiva en lo que respecta al consumo; sin embargo, considera que las referidas a la producción son insuficientes y poco ambiciosas. La organización sostiene que la nueva ley debe ir más allá de las intenciones y establecer mecanismos concretos que faciliten una transición hacia un modelo agroecológico en Cataluña.
Entre las propuestas destacadas se encuentra el reconocimiento del derecho a la alimentación como un derecho subjetivo y exigible, que debería estar protegido por el Estatut d’Autonomia. Además, Greenpeace plantea objetivos vinculantes para fomentar la producción agroecológica: alcanzar al menos el 25 % de producción ecológica en 2030 y el 100 % en 2050 tanto en agricultura como en ganadería. Para lograrlo, se solicita la creación de un fondo específico de transición agroecológica y un Plan Estratégico de Ganadería que permita eliminar progresivamente la ganadería intensiva.
Carolina Pérez, coordinadora de Greenpeace Cataluña, subraya: “La nueva ley alimentaria puede y debe ser una herramienta decisiva para transformar el sistema agroalimentario catalán. No podemos quedarnos en medidas estéticas o consultivas. Hay que garantizar el derecho a una alimentación sana, justa y sostenible”.
Otro aspecto crucial señalado por Greenpeace es la necesidad de llevar a cabo una reforma profunda de la compra pública alimentaria. Esta reforma debería priorizar productos locales y ecológicos, garantizando además el acceso de pequeños productores familiares a las licitaciones públicas. La organización recuerda que aunque la Ley de Contratos del Sector Público establece criterios ambientales y sociales obligatorios, estos no siempre se cumplen.
El acceso justo a la tierra también figura entre los elementos centrales de las propuestas presentadas. Greenpeace propone crear un banco público de tierras, destinado a evitar la especulación y facilitar el acceso a jóvenes, mujeres rurales y proyectos sostenibles. Asimismo, exige una definición clara del modelo familiar agrícola como prioridad para proteger las formas de producción arraigadas al territorio.
En cuanto a los hábitos alimentarios, Greenpeace promueve una transición hacia dietas más saludables y sostenibles, enfocándose en proteínas vegetales como legumbres y reduciendo gradualmente los productos animales. En este sentido, pide que todos los comedores públicos adopten antes de 2030 las recomendaciones dietéticas saludables establecidas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
Además, se destaca la importancia de incorporar educación alimentaria en todas las etapas formativas, así como garantizar un etiquetado obligatorio que informe sobre el origen de los alimentos y su impacto social y ambiental. Greenpeace también denuncia prácticas crecientes de greenwashing dentro de la industria alimentaria.
A nivel logístico, Greenpeace sugiere implementar medidas que mejoren la capacidad negociadora de los pequeños productores e impulsar circuitos cortos de comercialización. También aboga por precios justos para reducir el desperdicio alimentario e impulsar estructuras logísticas como los food hubs, conectando producción ecológica local con demanda urbana.
A través de estas propuestas, Greenpeace hace un llamado a las instituciones catalanas para desarrollar esta ley con criterios científicos, sociales y ambientales sólidos, capaces de afrontar retos significativos como la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y las dificultades estructurales del sector agrario.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 32 | Medidas clave propuestas por Greenpeace para la Ley Alimentaria en Cataluña. |
| 25% | Objetivo de producción ecológica propuesto para 2030. |
| 100% | Objetivo de producción ecológica propuesto para 2050. |
| 2030 | Año límite para que todos los comedores públicos adopten recomendaciones dietéticas saludables y sostenibles. |
Greenpeace ha presentado 32 medidas clave al anteproyecto de la nueva Ley Alimentaria de Cataluña, enfocándose en transformar el sistema productivo y proteger el territorio. Las propuestas incluyen el impulso de la agroecología, la soberanía alimentaria y el acceso justo a la tierra.
Los objetivos incluyen alcanzar al menos el 25% de producción ecológica en 2030 y el 100% en 2050, así como garantizar el derecho a una alimentación saludable, sostenible y justa para todas las personas.
Greenpeace propone una reforma profunda que priorice productos de proximidad, ecológicos y sin intermediarios, asegurando que los pequeños productores familiares tengan acceso a las licitaciones públicas.
La organización defiende la creación de un banco público de tierras para evitar la especulación y favorecer el acceso de jóvenes, mujeres rurales y proyectos sostenibles.
Greenpeace aboga por una transición hacia dietas más saludables basadas en proteínas vegetales y pide que todos los comedores públicos adopten recomendaciones dietéticas saludables antes de 2030.
La organización propone mejorar la capacidad de negociación de los pequeños productores, impulsar circuitos cortos de comercialización, garantizar precios justos y reducir el desperdicio alimentario.
Greenpeace hace un llamamiento a desarrollar esta ley con criterios científicos, sociales y ambientales sólidos para enfrentar retos como la crisis climática y la pérdida de biodiversidad.