Eva García Sempere, portavoz de Izquierda Unida, ha denunciado el "quintacolumnismo del PP" y ha exigido a Alberto Núñez Feijóo que aclare si su trabajo en relación al gasto militar responde a los intereses de Trump y la OTAN o a las necesidades de los españoles. García Sempere expresó su preocupación por la influencia de la OTAN en la política española y criticó la falta de debate sobre seguridad humana y defensa. Además, cuestionó el aumento del gasto militar y el matonismo de Estados Unidos bajo la administración Trump. La dirigente instó a un diálogo profundo sobre modelos de seguridad en Europa.
La portavoz federal y responsable de Organización de Izquierda Unida, Eva García Sempere, ha exigido al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que aclare “para quién está trabajando” en España. Según ella, es crucial determinar si su labor se orienta hacia “los intereses de Trump y de la OTAN, o si realmente trabaja para los hombres y mujeres que deben movilizarse para reclamar derechos básicos como la vivienda o la sanidad”.
García Sempere ha expresado su preocupación y ha denunciado lo que califica como el “quintacolumnismo del PP”. Esta afirmación surge tras las revelaciones sobre cómo la cúpula de la Alianza Atlántica comparte información privilegiada con el Partido Popular Europeo, del cual forma parte el partido de Feijóo. La portavoz subraya que esta situación permite al PP recibir información directa desde la OTAN, lo que no está al alcance de otros actores políticos.
La dirigente de Izquierda Unida considera “de gravedad máxima” que un partido con historia en el gobierno celebre que sea la OTAN quien determine la política interior y los presupuestos del país. En una rueda de prensa telemática, también demandó a los líderes de la Unión Europea que aclaren por qué, a pesar del hostigamiento por parte de Donald Trump, la OTAN sigue siendo vista como un instrumento válido para garantizar la seguridad.
“Desde Izquierda Unida emplazamos a un debate profundo sobre seguridad”, afirmó García Sempere. Insistió en la necesidad de discutir qué modelo defienden las diferentes fuerzas políticas cuando se habla de seguridad humana y cooperación. Lamentó que actualmente no haya un interés político real ni un debate significativo sobre estos temas.
La portavoz advirtió que el enfoque actual parece estar más centrado en generar miedo entre la población, lo cual podría llevar a aceptar medidas bélicas injustificables. Este clima busca justificar el matonismo tanto de Estados Unidos como de la OTAN.
“Desde Izquierda Unida consideramos incompatible a la OTAN con el concepto mismo de seguridad europea y con cualquier noción válida de seguridad internacional”, añadió García Sempere.
En sus declaraciones, citó ejemplos recientes donde se evidenció este matonismo, como el aumento del gasto militar solicitado por la OTAN mientras ignoraba amenazas directas provenientes del vicepresidente estadounidense hacia Europa. Además, recordó las palabras provocadoras de Trump sobre Groenlandia y su control por parte de Estados Unidos.
García Sempere concluyó con un tono irónico pero inquieto: “Nos preocupa que lo próximo sean anuncios disparatados desde las bases militares en Rota y Morón sobre lo que debe hacer el Gobierno español respecto al rearme o a los presupuestos de Defensa”.
García Sempere denuncia el “quintacolumnismo del PP” y exige a Alberto Núñez Feijóo que aclare para quién está trabajando, si para los intereses de Trump y de la OTAN o para los españoles.
La portavoz de Izquierda Unida expresa su preocupación por el hecho de que el Partido Popular celebre que la OTAN influya en la política interior y en los presupuestos de España.
Exige que aclaren por qué la OTAN sigue siendo un instrumento válido para garantizar la seguridad, a pesar del hostigamiento de Donald Trump.
Critica la falta de debate real sobre seguridad y modelo de defensa, señalando que se priorizan anuncios frívolos sobre crisis en lugar de abordar temas fundamentales como la seguridad humana y compartida.
Menciona las amenazas a Dinamarca respecto a Groenlandia y las declaraciones sobre cómo Estados Unidos controla negocios con otros países según su estado anímico como ejemplos del matonismo de Trump.