Médicos Sin Fronteras ha brindado atención médica gratuita a casi 2.500 personas en Kivu Sur, República Democrática del Congo, tras el colapso del sistema de salud debido al conflicto. Durante una intervención de emergencia de dos meses en Katana y Kalehe, se entregaron suministros vitales a centros de salud afectados por saqueos y cierres. La crisis sanitaria se intensificó tras enfrentamientos violentos que resultaron en el cierre de numerosas estructuras de salud. La intervención se centró en la atención pediátrica, la desnutrición y el apoyo a supervivientes de violencia, logrando un aumento significativo en las consultas médicas. A pesar de los avances, persisten grandes necesidades humanitarias en la región.
Durante una intervención de emergencia que se extendió por dos meses en las localidades de Katana y Kalehe, situadas en el este de la República Democrática del Congo, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) ha proporcionado atención médica gratuita a casi 2.500 personas. Esta acción fue impulsada por el colapso del sistema de salud local debido a los efectos devastadores del conflicto, que incluyeron saqueos, daños a instalaciones y cierres masivos.
La situación se volvió crítica tras una evaluación realizada en marzo, que reveló que 15 de las 24 estructuras de salud en Katana y Kalehe habían cerrado, mientras que 10 sufrieron daños significativos y 16 fueron saqueadas. En respuesta a esta crisis, MSF intervino para apoyar los hospitales generales de referencia en ambas localidades y otros centros de salud cercanos.
El enfoque principal de la intervención se centró en la atención pediátrica para niños menores de cinco años, así como en el tratamiento de la desnutrición y la atención gineco-obstétrica compleja. Las condiciones económicas precarias y la inseguridad habían creado barreras significativas para que muchas personas accedieran a servicios médicos esenciales.
“Desde la llegada de MSF, hemos visto un aumento notable en el número de pacientes”, comentó el doctor Bahati Magadju, director general del Hospital General de Referencia de Katana. “Antes recibíamos apenas cinco nuevos casos pediátricos por semana; ahora esa cifra ha aumentado a aproximadamente 60”. La atención gratuita y el suministro de materiales médicos han sido cruciales para reducir las tasas de mortalidad.
Los enfrentamientos entre grupos armados han exacerbado la crisis alimentaria en la región. Muchas familias han tenido que abandonar sus hogares, lo que ha llevado a un incremento en los precios de los alimentos. Emmanuel Njikam, coordinador adjunto del proyecto, subrayó: “Muchas familias han perdido sus medios de vida y no pueden permitirse comer lo suficiente”. A través del suministro de alimentos terapéuticos como Plumpy’Nut, MSF ha logrado salvar vidas y ayudar a niños a recuperarse de la desnutrición.
Antes de finalizar su intervención, MSF donó un lote adicional de suministros médicos para garantizar el apoyo continuo a los hospitales locales durante un mes más. A pesar del progreso realizado, el cierre prolongado de los aeropuertos en Bukavu y Goma sigue limitando el acceso humanitario a áreas críticas.
“Existen todavía zonas donde no podemos operar, aunque las necesidades son enormes”, advirtió Muriel Boursier, coordinadora general en Bukavu. “Es esencial que todos los actores garanticen un paso seguro para la ayuda humanitaria y que el Ministerio de Salud junto con sus socios aseguren un suministro regular de medicamentos y alimentos terapéuticos. Muchos centros de salud continúan gravemente desabastecidos”.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 2,480 | Número de personas atendidas durante la intervención de emergencia. |
| 24 | Número total de estructuras de salud evaluadas en Katana y Kalehe. |
| 15 | Número de estructuras de salud que tuvieron que cerrar. |
| 10 | Número de estructuras de salud dañadas. |
| 16 | Número de estructuras saqueadas. |
| 60 | Número promedio semanal de nuevos casos pediátricos tras la intervención. |
Casi 2.500 personas han recibido atención médica gratuita durante la intervención de emergencia en Katana y Kalehe.
El sistema de salud colapsó debido al prolongado conflicto en la región, que resultó en el cierre y daño de múltiples estructuras de salud.
Se ofreció atención médica gratuita, incluyendo atención pediátrica, tratamiento para desnutrición y apoyo gineco-obstétrico complejo.
Antes de la intervención, el hospital registraba alrededor de cinco nuevos casos pediátricos por semana; después, esa cifra aumentó a aproximadamente 60 casos semanales.
Aunque se ha mejorado el acceso a la atención médica, el cierre de aeropuertos sigue limitando el acceso humanitario y muchas áreas aún no pueden ser atendidas adecuadamente.
Médicos Sin Fronteras donó suministros médicos para apoyar a los hospitales y centros de salud locales durante un mes adicional tras concluir su intervención.