La Misión de mantenimiento de la paz de la ONU se prepara para observar el alto el fuego en la República Democrática del Congo, donde grupos armados como el M23 han causado años de conflicto. Bintou Keita, jefa de la misión, expresa empatía hacia la población afectada y destaca los esfuerzos diplomáticos para lograr la paz. La ONU está trabajando en la capacitación de mujeres congoleñas para que participen en procesos de mediación. A pesar de las dificultades, se mantienen operaciones conjuntas con el ejército congoleño en Ituri y se refuerzan las patrullas para proteger a los civiles en zonas conflictivas. La MONUSCO sigue comprometida con su mandato de protección y supervisión de derechos humanos en regiones controladas por el M23.
La Misión de mantenimiento de la paz de la ONU se encuentra en plena preparación para observar el alto el fuego que se establezca, con el objetivo de aportar su experiencia en la creación de conciencia sobre el desarme, la desmovilización y la reintegración. Este esfuerzo es crucial para abordar las necesidades de las comunidades afectadas por años de conflicto.
En un contexto marcado por el sufrimiento, Bintou Keita, enviada de la ONU, ha manifestado su comprensión hacia la impaciencia de la población del este de la República Democrática del Congo (RDC). A pesar de los desafíos, Keita instó a los congoleños a “no perder la esperanza”, subrayando que tanto el gobierno congoleño como las Naciones Unidas y la comunidad internacional están “decididos” a restaurar la paz en esta región devastada.
En una entrevista exclusiva con Noticias ONU, Keita expresó su compasión y empatía hacia aquellos que sufren. La jefa de la Misión de Paz en RDC destacó la “resiliencia” del pueblo congoleño frente a las adversidades diarias.
A lo largo de décadas, diversos grupos armados han operado en el este del país, donde actualmente amplias áreas están bajo control del movimiento rebelde M23. Keita enfatizó los “esfuerzos diplomáticos que se están realizando”, aunque reconoció que aún persiste una brecha significativa para traducir estos esfuerzos en resultados concretos sobre el terreno. “Tanto las Naciones Unidas como las autoridades gubernamentales y la comunidad internacional están decididas a encontrar una solución pacífica”, afirmó.
En relación a los procesos de paz impulsados desde Washington y Doha, recordó que los acuerdos firmados en Washington el 27 de junio por los ministros de Asuntos Exteriores de Congo y Ruanda son un paso importante. Ruanda ha sido acusada de apoyar al M23, aunque su gobierno niega brindar asistencia militar al grupo rebelde.
La Declaración de Principios firmada en Doha el 19 de julio establece un marco para un alto el fuego permanente entre la Alianza Río Congo/M23 y el Gobierno congoleño bajo mediación qatarí. Aunque MONUSCO no está directamente involucrada en estas conversaciones, Keita indicó que se prevé un papel para la misión una vez se logre establecer un alto el fuego.
La Misión de mantenimiento de la paz está lista para observar cualquier alto el fuego que se establezca, aportando su experiencia especialmente en contactos directos con comunidades y grupos armados. Esto es fundamental para fomentar procesos efectivos de desarme y reintegración.
Bintou Keita también destacó el compromiso de la ONU con la participación activa de las mujeres en los procesos de paz. Se están llevando a cabo iniciativas para capacitar a mujeres congoleñas en mediación local, permitiéndoles tener voz y voto en estos importantes procesos.
A medida que avanza hacia un retorno a la paz, MONUSCO continúa cumpliendo su mandato diario: proteger a los civiles en zonas conflictivas del este del país africano. Las fuerzas desplegadas operan en Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri, asegurando refugio a quienes temen por su seguridad.
En regiones controladas por el M23, MONUSCO mantiene bases que sirven como refugio. “Es una forma directa de protección”, explicó Keita. Para aquellos que no pueden llegar a estas bases por diversas razones, existen redes telefónicas que permiten mantener contacto y asegurar su protección mediante ayudas directas o indirectas a través de asociaciones y ONG.
Además, MONUSCO supervisa violaciones a los derechos humanos en áreas dominadas por el M23. A finales de enero pasado, este grupo tomó Goma, capital del Kivu del Norte, seguido por Bukavu en febrero.
En Ituri, donde otros grupos armados también están activos, Keita destacó una "excelente relación" entre MONUSCO y las Fuerzas Armadas Congoleñas (FARDC), lo cual facilita operaciones conjuntas efectivas. También mencionó la presencia del ejército ugandés y celebró mejoras en coordinación entre ambas fuerzas.
A raíz del aumento en actividades violentas por parte del grupo armado Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), se ha incrementado el número de patrullas militares. “Contamos con bases cada vez más móviles”, indicó Keita, enfatizando que esta movilidad es esencial para responder ante ataques rápidos y sorpresivos.
La colaboración entre las fuerzas congoleñas y las tropas ONU es vital para hacer frente a los desafíos actuales y garantizar una respuesta adecuada ante situaciones críticas.
La Misión se está preparando para observar el alto el fuego cuando se establezca y aportar su experiencia, especialmente en términos de contactos directos con comunidades y grupos armados para crear conciencia sobre el desarme, la desmovilización y la reintegración.
Bintou Keita expresa compasión y empatía hacia la población que sufre y les pide que "no pierdan la esperanza", ya que hay un compromiso por parte del gobierno congoleño, las Naciones Unidas y la comunidad internacional para llevar la paz a la región.
Durante décadas, varios grupos armados han estado activos en el este del país, incluyendo el movimiento rebelde M23, que ha tomado control de grandes áreas desde principios de año.
Se están llevando a cabo esfuerzos diplomáticos significativos, incluyendo acuerdos firmados entre los ministros de Asuntos Exteriores de Congo y Ruanda en Washington, así como una Declaración de Principios en Doha que establece un marco para un alto el fuego permanente.
La ONU está capacitando a mujeres congoleñas en mediación a nivel comunitario, provincial, nacional y regional para asegurar que tengan voz en los procesos de paz.
MONUSCO cumple diariamente su mandato de proteger a los civiles en las zonas de conflicto y mantiene bases que sirven como refugio para quienes se sienten amenazados.
MONUSCO tiene una buena relación con las FARDC, lo que facilita operaciones conjuntas y una mejor comprensión del papel y mandato de cada uno.