El Ministerio de Sanidad ha emitido una advertencia sobre el uso responsable de la vitamina D, enfatizando que su suplementación y análisis deben basarse en evidencia científica y no realizarse sin indicación médica. Se desaconseja el cribado generalizado y la suplementación indiscriminada, ya que puede acarrear efectos adversos. La vitamina D es esencial para el metabolismo óseo, pero su medición solo se justifica en casos específicos, como pacientes con síntomas de déficit o enfermedades crónicas. Recientes incidentes de intoxicación por suplementos defectuosos resaltan la necesidad de un control médico riguroso en su uso.
Madrid, 16 de julio de 2025.- El Ministerio de Sanidad ha emitido un recordatorio a la población y a los profesionales de la salud sobre la necesidad de utilizar la vitamina D de manera prudente y fundamentada en evidencia científica. Esta recomendación abarca tanto la solicitud de análisis diagnósticos como la indicación para la suplementación.
A pesar de que la vitamina D desempeña un papel crucial en el metabolismo óseo y en la regulación del calcio, su uso debe ser guiado por criterios clínicos sólidos. Esto es esencial para evitar intervenciones que puedan resultar ineficaces o incluso perjudiciales.
La principal fuente de vitamina D en el organismo proviene de la síntesis cutánea mediante la exposición solar. Las guías clínicas coinciden en que no está justificado realizar un cribado poblacional ni determinar rutinariamente los niveles séricos de 25-OH-D en personas asintomáticas sin factores de riesgo específicos.
Además, se desaconseja el uso de suplementos sin una indicación médica clara. La suplementación innecesaria puede provocar efectos adversos, especialmente si se superan las dosis recomendadas. La evidencia actual no respalda concluyentemente los beneficios no músculo-esqueléticos atribuidos a esta vitamina.
Existen ciertas circunstancias en las que sí se justifica medir los niveles de vitamina D:
Niveles adecuados y suplementación con control médico
De acuerdo con la Academia Nacional de Medicina de EE. UU., los niveles óptimos de 25-OH-D oscilan entre 12 y 20 ng/ml, lo cual es suficiente para satisfacer las necesidades del 97,5% de la población. Sin embargo, por debajo de estos umbrales—especialmente en personas mayores, institucionalizadas o con osteoporosis—la suplementación puede estar justificada, con dosis que varían entre 400 y 2.000 UI/día según la situación clínica. Esta debe ser siempre prescrita bajo supervisión profesional.
En mayo de 2025 se emitió una alerta sanitaria en Baleares tras hospitalizar a 16 personas debido al consumo de un suplemento defectuoso adquirido online. Los afectados presentaron complicaciones graves como hipercalcemia, insuficiencia renal y arritmias. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) publicó una alerta específica sobre el producto implicado (Advanced Vitamin X).
Asimismo, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha documentado casos previos relacionados con hipercalcemia severa provocada por sobredosificación tanto en adultos como en menores.
El Ministerio de Sanidad recuerda que las decisiones clínicas sobre vitamina D deben basarse en evidencia científica para evitar intervenciones ineficaces o potencialmente perjudiciales.
No, las guías clínicas indican que no está justificado el cribado poblacional ni la determinación rutinaria de niveles séricos de 25-OH-D en personas asintomáticas sin factores de riesgo específicos.
La suplementación innecesaria puede conllevar efectos adversos, especialmente cuando se exceden las dosis recomendadas. No hay evidencia concluyente que sustente los beneficios no músculo-esqueléticos atribuidos a esta vitamina.
Se justifica en pacientes con síntomas compatibles con déficit de vitamina D, personas mayores institucionalizadas, aquellos con enfermedades crónicas que interfieren en su metabolismo, y en casos de sospecha de intoxicación por hipervitaminosis D.
Niveles de 25-OH-D entre 12 y 20 ng/ml son suficientes para cubrir las necesidades del 97,5% de la población. La suplementación debe prescribirse siempre bajo supervisión profesional.
En mayo de 2025, se registró una alerta sanitaria en Baleares donde 16 personas fueron hospitalizadas tras consumir un suplemento defectuoso, lo que resultó en graves consecuencias clínicas como hipercalcemia e insuficiencia renal.