Un nuevo informe de Médicos Sin Fronteras revela el devastador impacto de las políticas migratorias en Estados Unidos, México y Centroamérica, que han dejado a cientos de miles de personas varadas y en peligro. Estas políticas han erosionado el derecho a solicitar asilo y han atrapado a migrantes en un ciclo de violencia física y emocional. MSF insta a los gobiernos a abandonar tácticas de disuasión y adoptar enfoques más humanos que garanticen la protección y el acceso al asilo. El informe destaca cómo la criminalización de la migración ha afectado gravemente el bienestar de quienes buscan seguridad, exacerbando problemas de salud mental y aumentando la violencia en las rutas migratorias.
Un reciente informe titulado ‘Rechazados. El devastador impacto humano de los cambios de política migratoria en Estados Unidos, México y América Central’, revela la alarmante situación que enfrentan cientos de miles de migrantes en la región. Este estudio destaca cómo las nuevas políticas han socavado el derecho a solicitar asilo, dejando a muchos varados y expuestos a un ciclo interminable de violencia física, emocional e institucional.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) hace un llamado urgente a los gobiernos de la región para que abandonen las tácticas de disuasión que han caracterizado las políticas migratorias actuales y adopten enfoques más humanos que garanticen la protección y el acceso al asilo.
Durante sus primeros seis meses en el cargo, el actual Gobierno estadounidense ha implementado una política migratoria considerada como la más restrictiva en años. Esta situación ha dejado a cientos de miles de personas buscando asilo en condiciones precarias en México y Centroamérica. El informe subraya que el discurso oficial que criminaliza la migración ha tenido repercusiones directas en Latinoamérica, donde se instan a los gobiernos a renunciar a estas prácticas deshumanizantes.
“Estas políticas, junto con una drástica reducción de la ayuda humanitaria, han impactado gravemente el bienestar de quienes buscan seguridad”, afirmó Franking Frías, subdirector de operaciones de MSF en México y Centroamérica. “Este sufrimiento se invisibiliza deliberadamente detrás de una narrativa errónea que sugiere que la migración ha cesado. Sin embargo, cada día somos testigos del sufrimiento físico y mental que padecen los migrantes”.
Desde enero pasado, el Gobierno estadounidense ha cerrado las principales vías para solicitar asilo, incluyendo la suspensión del programa CBP One y el fin del parole humanitario. Además, se ha reforzado la seguridad fronteriza y se han llevado a cabo deportaciones bajo condiciones abusivas.
Las historias compartidas por los migrantes reflejan un panorama desolador. Una mujer hondureña atrapada en Reynosa expresó: “Nos sentimos abandonados y desprotegidos. Nunca quisimos entrar ilegalmente a Estados Unidos; solo buscamos una vida mejor para nuestros hijos”. Por su parte, un hombre venezolano relató haber sido víctima de secuestro mientras intentaba llegar a Estados Unidos.
A medida que muchos optan por permanecer en México debido al cierre casi total del acceso al asilo en EE.UU., se enfrentan a procedimientos burocráticos cada vez más complejos y prolongados. La violencia perpetrada por grupos criminales es alarmante; secuestros, extorsiones y robos son comunes entre quienes transitan por esta ruta.
Nuestros equipos han observado un aumento significativo en las necesidades psicológicas entre los migrantes. Muchos sufren problemas graves de salud mental exacerbados por las condiciones adversas que enfrentan durante su travesía. “Los síntomas son cada vez más intensos”, comentó Lucía Samayoa, coordinadora del proyecto en Tapachula.
Frías enfatizó que detrás de cada política hay un impacto real sobre personas vulnerables: “Es fundamental que todos los gobiernos actúen ahora para proteger a quienes buscan seguridad. Las vidas humanas no deben ser objeto de negociación política”. En este contexto crítico, MSF continúa brindando atención médica esencial a quienes lo necesitan desesperadamente.
Entre enero de 2024 y mayo de 2025, nuestros equipos proporcionaron más de 90.000 consultas médicas primarias y atendieron cerca de 3.000 sobrevivientes de violencia sexual en varios países latinoamericanos.
Las políticas migratorias han erosionado el derecho a solicitar asilo, dejando a muchos migrantes varados sin un lugar seguro adónde ir, lo que los atrapa en un ciclo de violencia física, emocional e institucional.
El Gobierno estadounidense ha cerrado las principales vías para solicitar asilo, ha reforzado la seguridad en la frontera con México y ha deportado a personas en condiciones abusivas.
Los migrantes enfrentan un aumento de la violencia y una mayor dificultad para acceder a procesos de asilo, lo que agrava su situación de vulnerabilidad y desesperación.
A pesar de la reducción de actividades médicas, se han brindado consultas de salud primaria y mental a miles de migrantes, reflejando un aumento en las necesidades psicológicas debido al trauma y la incertidumbre.
Médicos Sin Fronteras (MSF) insta a los gobiernos de la región a abandonar las tácticas de disuasión y adoptar políticas migratorias más humanas que garanticen el acceso al asilo y protección adecuada para los migrantes.