Panorama internacional

Se debe poner fin al castigo físico infantil de inmediato

Redacción | Jueves 21 de agosto de 2025

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre los efectos perjudiciales del castigo físico en niños, que afecta a más de la mitad de los menores de 18 años a nivel mundial. Este tipo de disciplina, que incluye golpear o causar malestar, no solo incrementa el riesgo de ansiedad y depresión, sino que también interfiere en el desarrollo cognitivo y socioemocional. Estudios demuestran que el castigo corporal no tiene beneficios y perpetúa ciclos de violencia intergeneracional. Aunque 67 países han prohibido esta práctica, la OMS enfatiza la necesidad de campañas educativas para concienciar sobre sus daños y promover métodos alternativos de crianza.



Más de la mitad de los niños menores de 18 años en el mundo son sometidos anualmente a castigos corporales, según un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este tipo de disciplina, que incluye golpear a los menores y otras formas de correctivo que buscan provocar malestar, se aplica tanto en el hogar como en entornos educativos.

Los efectos del castigo corporal son profundos y preocupantes. Se ha demostrado que aumenta el riesgo de ansiedad y depresión en los niños, además de afectar negativamente su desarrollo cognitivo y socioemocional. Según Etienne Krug, director del Departamento de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS, “el castigo corporal no aporta beneficios ni al comportamiento, ni al desarrollo, ni al bienestar de los niños, ni tampoco a los padres o a las sociedades”.

La falta de eficacia del castigo corporal

A lo largo de las últimas décadas, numerosos estudios han examinado las repercusiones del castigo físico en los menores. Los hallazgos indican que este tipo de disciplina no solo carece de impacto positivo en el comportamiento infantil, sino que también conlleva consecuencias negativas a largo plazo tanto para los individuos como para la sociedad. Krug enfatiza que “existe ahora evidencia científica abrumadora de que el castigo corporal conlleva múltiples riesgos para la salud infantil”.

Un análisis realizado en 49 países con ingresos bajos y medios reveló que los niños sometidos a castigos físicos tienen un 24 % menos de probabilidades de desarrollarse adecuadamente en comparación con sus pares. Además del daño físico inmediato, estas prácticas elevan los niveles hormonales del estrés en los niños, afectando su estructura cerebral y funcionamiento. Las secuelas pueden perdurar toda una vida.

Ciclo intergeneracional de violencia

Desde una perspectiva social, se observa que aquellos niños que sufren castigos físicos son más propensos a replicar este comportamiento con sus propios hijos, perpetuando así un ciclo intergeneracional de violencia. Del mismo modo, adultos que fueron castigados durante su infancia tienden a desarrollar conductas violentas y agresivas. El informe señala que “esta práctica también fomenta una mayor aceptación social de la violencia”, reforzando patrones dañinos entre generaciones.

A pesar de ser una práctica común en diversas culturas alrededor del mundo, existen variaciones regionales significativas. En Europa y Asia Central, aproximadamente el 41 % de los niños experimentan castigos corporales en casa; sin embargo, esta cifra asciende al 75 % en Oriente Medio y el norte de África. La discrepancia es aún más marcada en el ámbito escolar: solo el 25 % de los niños del Pacífico Occidental son objeto de tales castigos durante su educación formal, mientras que más del 70 % lo son en África y Centroamérica.

Desigualdades y prohibiciones insuficientes

Tanto niñas como niños enfrentan probabilidades similares respecto a sufrir castigos físicos; sin embargo, las sanciones pueden variar según comportamientos específicos. Es importante destacar que los niños con discapacidad enfrentan un riesgo mayor, así como aquellos provenientes de comunidades empobrecidas o discriminadas por motivos económicos o raciales.

El informe destaca que si bien es crucial prohibir el castigo corporal, esto por sí solo no resulta suficiente. Estudios previos no han encontrado una relación consistente entre la prohibición legal y la disminución efectiva del uso del castigo físico. Actualmente, 67 países han implementado prohibiciones universales contra esta práctica tanto en hogares como escuelas.

Concienciación y alternativas efectivas

Aparte de mejorar la aplicación de estas prohibiciones legales, la OMS hace hincapié en la necesidad urgente de campañas educativas para aumentar la conciencia sobre los daños causados por el castigo corporal. “El uso continuado del castigo corporal y la persistente creencia en su necesidad sugieren que los esfuerzos legislativos deben ir acompañados por campañas de sensibilización”, subraya el informe.

Investigaciones indican que si los padres estuvieran informados sobre métodos alternativos más eficaces para corregir comportamientos indeseados en sus hijos, estarían dispuestos a adoptarlos. En palabras finales de Krug: “Es hora de acabar con esta práctica dañina para garantizar que los niños prosperen tanto en el hogar como en la escuela”.

La noticia en cifras

Cifra Descripción
Más del 50% Niños menores de 18 años que experimentan castigos corporales anualmente.
41% Niños en Europa y Asia Central sometidos a castigos corporales en el hogar.
75% Niños en Oriente Medio y el norte de África que reciben castigos físicos en el hogar.
Más del 70% Niños en África y Centroamérica castigados físicamente durante su escolarización.
24% Menor probabilidad de desarrollo normal entre niños que reciben castigos físicos.

Preguntas sobre la noticia

¿Qué es el castigo corporal?

El castigo corporal se refiere principalmente a golpear a los niños, pero puede incluir cualquier correctivo aplicado por padres, cuidadores o docentes que busque provocar algún grado de malestar. Puede ocurrir en el hogar o en entornos más públicos, como las aulas escolares.

¿Cuáles son los efectos del castigo físico en los niños?

Los castigos físicos tienen efectos de gran alcance, aumentando el riesgo de ansiedad y depresión, y reduciendo el desarrollo cognitivo y socioemocional. Además, pueden elevar los niveles hormonales de estrés en los niños, alterando la estructura y el funcionamiento cerebral.

¿Hay evidencia de que el castigo corporal sea eficaz?

No hay evidencia científica que demuestre que el castigo corporal tenga un impacto positivo en el comportamiento de los niños. Por el contrario, muchos estudios han demostrado que tiene múltiples consecuencias negativas a largo plazo tanto para los menores como para las sociedades.

¿Cómo afecta el castigo físico a la sociedad?

Los niños castigados físicamente son más propensos a repetir este comportamiento con sus propios hijos, perpetuando un ciclo intergeneracional de violencia. Los adultos que fueron castigados de pequeños tienen mayor tendencia a desarrollar comportamientos violentos y agresivos.

¿Qué se está haciendo para abordar el problema del castigo corporal?

Aunque 67 países prohíben universalmente el castigo físico, la OMS señala que es importante no solo prohibirlo, sino también impulsar campañas educativas que refuercen la conciencia sobre sus daños y promover métodos alternativos más eficaces para corregir a los niños.

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