El ministro de Derechos Sociales y Consumo, Pablo Bustinduy, ha anunciado nuevas medidas para proteger a los niños de la publicidad de alimentos insanos en España. Tras la implementación de un Real Decreto que garantiza cinco comidas saludables en comedores escolares, el siguiente paso será regular la publicidad dirigida a menores, que actualmente expone a los niños a más de 4000 anuncios al año de productos poco nutritivos. Bustinduy destaca la necesidad de actuar contra la presión publicitaria de alimentos ultraprocesados, siguiendo las recomendaciones de organismos como la OMS. Esta iniciativa busca combatir la obesidad infantil, especialmente en familias con menos recursos.
El ministro de Derechos Sociales y Consumo, Pablo Bustinduy, ha anunciado una nueva iniciativa destinada a proteger a los menores de la publicidad de alimentos poco saludables. Este anuncio se produce tras la reciente regulación que garantiza cinco comidas saludables semanales en todos los colegios e institutos del país.
Durante su visita al comedor escolar del CEIP Ana Soto en Albacete, Bustinduy destacó la importancia de prevenir el bombardeo publicitario que sufren los niños y niñas. “Evitar que los niños sean bombardeados con anuncios de alimentos insanos” es ahora un objetivo prioritario para el ministerio.
El ministro subrayó que esta acción se suma a la aprobación del Real Decreto de Comedores Escolares, que busca garantizar que todos los escolares tengan acceso a comidas saludables. Esta normativa, que comenzará a implementarse durante el presente curso escolar, representa un esfuerzo significativo para combatir las altas tasas de obesidad infantil, especialmente entre las familias con menos recursos.
Bustinduy enfatizó que tras lograr este hito legislativo, el siguiente paso es abordar la cuestión de la publicidad dirigida a los menores. “Los niños y niñas en nuestro país son bombardeados con más de 4000 anuncios de comida insana al año”, afirmó, resaltando el impacto negativo que estos anuncios tienen en la salud alimentaria de los jóvenes.
El ministro también hizo referencia a estudios científicos recientes sobre el tema, como un informe del especialista en medicina preventiva Miguel Ángel Royo. En este sentido, Bustinduy aseguró: “Ya hemos regulado el derecho a comer saludablemente en los comedores escolares, ahora vamos a proteger a niños y niñas de la publicidad de los alimentos”.
Esta iniciativa se alinea con las recomendaciones de organismos internacionales como la OMS y la AESAN, que destacan la necesidad de restringir la publicidad según la calidad nutricional para combatir la obesidad infantil.
La OMS ha señalado que gran parte de los alimentos anunciados durante el horario infantil en televisión carecen de calidad nutricional adecuada. Además, se ha demostrado que la exposición a este tipo de publicidad influye en las preferencias alimenticias y comportamientos de consumo de los menores. Por ello, desde el ministerio se defiende una actuación decidida contra la presión publicitaria ejercida por productos ultraprocesados.
Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales y Consumo, anunció que el siguiente paso tras regular la alimentación en comedores escolares es proteger a los niños y niñas de la publicidad de alimentos insanos. Esto se debe a que los anuncios de este tipo tienen un efecto nocivo en la salud alimentaria de los escolares.
Los niños y niñas en España son bombardeados con más de 4000 anuncios de publicidad de comida insana al año, lo que equivale a aproximadamente 11 anuncios al día.
El gobierno ha aprobado un Real Decreto que garantiza cinco comidas saludables a la semana en todos los colegios e institutos del país. Además, se planea abordar la regulación de la publicidad dirigida a niños y adolescentes sobre alimentos insanos.
El ministerio busca restringir la publicidad de alimentos según su calidad nutricional como una clave para atajar el problema de la obesidad infantil, siguiendo recomendaciones de organismos como la OMS.
La exposición a la publicidad impacta directamente sobre el comportamiento, actitudes y preferencias de consumo de los niños, modificando lo que consideran como dieta saludable.