Pilar Alegría, ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, destacó en la IV edición de las Jornadas Metafuturo 2025 la educación como un escudo vital contra la desinformación, que amenaza las democracias modernas. Durante su intervención, subrayó el impacto negativo de los bulos en la juventud y la necesidad de una respuesta firme ante discursos de odio. Alegría enfatizó la importancia del pensamiento crítico y la alfabetización mediática, especialmente con el auge de la inteligencia artificial. Además, defendió el papel del periodismo profesional como garante de información veraz y apeló a la responsabilidad colectiva para enfrentar estos desafíos.
La ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, ha subrayado la creciente amenaza que representa la desinformación para las democracias contemporáneas. Durante su intervención en la IV edición de las Jornadas Metafuturo 2025, organizada por Atresmedia, Alegría hizo un llamado a una respuesta contundente frente a un fenómeno que busca manipular la opinión pública y socavar la confianza ciudadana.
La titular de Educación enfatizó el impacto negativo que los bulos tienen sobre los jóvenes, quienes recurren con mayor frecuencia a las redes sociales como fuente de información. La rapidez con que se propagan estos mensajes falsos, sumada al anonimato que ofrecen estas plataformas, favorece el auge de discursos de odio dirigidos a mujeres, migrantes y otros colectivos vulnerables. «Los delitos de odio no solo afectan a sus víctimas; son un ataque directo a la convivencia democrática», advirtió.
Frente a esta situación, Alegría defendió que el Gobierno está demostrando que existe otra forma de hacer política basada en datos, diálogo y resultados. En este contexto, destacó que España se posiciona hoy como una de las economías con mayor crecimiento en Europa, alcanzando máximos históricos en empleo y reforzando pilares del Estado del bienestar como la educación y la sanidad.
Alegría también mencionó el impulso hacia la formación profesional y las políticas activas de empleo como parte del esfuerzo por reducir desigualdades y avanzar en derechos sociales. La educación fue presentada como una herramienta esencial para combatir la manipulación informativa y fomentar el pensamiento crítico entre los ciudadanos.
La ministra explicó que la competencia digital es ahora parte fundamental del currículo educativo en todas sus etapas. Además, todos los centros educativos cuentan con un plan digital adaptado a las nuevas tecnologías. No obstante, resaltó que la llegada de la inteligencia artificial exige un refuerzo adicional en alfabetización mediática y verificación de fuentes.
Alegría concluyó su intervención destacando el papel vital del periodismo profesional como garante de información veraz y contrapeso democrático. Recordó que una gran parte de la ciudadanía sigue confiando en medios tradicionales como prensa, radio y televisión para informarse. «Defender la libertad de prensa y una información rigurosa es defender la salud democrática del país», afirmó.
Finalmente, hizo un llamado a la responsabilidad colectiva para enfrentar el desafío de la desinformación: «No podemos ignorar las redes sociales ni la Inteligencia Artificial; debemos analizar sus riesgos para poder disfrutar plenamente de sus beneficios».
La ministra ha reivindicado la educación como un escudo frente a la desinformación, advirtiendo que esta última se ha convertido en una de las principales amenazas para las democracias modernas.
Alegría ha alertado sobre el impacto negativo de los bulos entre los jóvenes, quienes utilizan mayoritariamente redes sociales como fuente de información. La velocidad de propagación y el anonimato favorecen discursos de odio.
La ministra destaca que el Gobierno está demostrando que hay otra forma de hacer política basada en datos, diálogo y resultados, además de enfatizar la importancia de la educación y la competencia digital en todas las etapas educativas.
Alegría reivindica el papel esencial del periodismo profesional como garantía de información veraz y contrapeso democrático, subrayando que defender la libertad de prensa es defender la salud democrática del país.
La ministra apela a una responsabilidad colectiva para combatir la desinformación, sugiriendo que no se puede vivir de espaldas a las redes sociales ni a la inteligencia artificial, pero es necesario trabajar y analizar sus riesgos.