La Comisión Europea ha presentado la propuesta "Ómnibus de alimentos y piensos", que elimina importantes salvaguardias contra los pesticidas, poniendo en riesgo la salud pública y el medio ambiente. Esta iniciativa permitiría la aprobación indefinida de la mayoría de los pesticidas, eliminando la reevaluación periódica de sus riesgos. Se estima que el 90% de los plaguicidas dejarían de ser revisados, lo que podría resultar en la permanencia de sustancias tóxicas en alimentos y suelos. Activistas advierten que esto representa un retroceso significativo en la protección ambiental y la seguridad alimentaria, exponiendo a la población a productos químicos nocivos.
La Comisión Europea ha presentado recientemente la propuesta conocida como “Ómnibus de alimentos y piensos”, un plan que podría desmantelar salvaguardas esenciales en la regulación de pesticidas. Esta iniciativa busca proteger a la ciudadanía de la contaminación que afecta tierras, alimentos y acuíferos, pero plantea serias preocupaciones sobre su efectividad.
Entre los cambios más significativos, se destaca que la propuesta permite a la mayoría de los pesticidas obtener una aprobación indefinida. Se elimina la obligación de reevaluar periódicamente el riesgo que representan las sustancias activas, un proceso considerado crucial para identificar nuevos peligros para la salud pública y el medio ambiente. De esta manera, solo las sustancias clasificadas como candidatas a sustitución, que representan apenas el 10% de las sustancias activas en la Unión Europea, estarían sujetas a renovaciones.
Si se aprueba esta medida, se estima que hasta el 90% de los plaguicidas no pasarían por el proceso de renovación estipulado por el Reglamento (CE) nº 1107/2009. Este reglamento ha sido fundamental para eliminar del mercado 162 sustancias nocivas desde su implementación en 2011.
Desde entonces, el proceso de revisión ha permitido retirar diez sustancias cancerígenas y mutágenas, así como siete disruptores endocrinos y otros compuestos tóxicos perjudiciales para polinizadores y trabajadores agrícolas. Sin este mecanismo de revisión, advierten expertos, decenas de sustancias tóxicas podrían continuar presentes en los alimentos y en el medio ambiente sin restricciones.
Además de lo anterior, la propuesta contempla otras medidas controvertidas. Por ejemplo, se duplicaría el periodo durante el cual se podrían vender pesticidas altamente tóxicos tras su prohibición; este plazo pasaría de un año y medio a tres años. Asimismo, se restringiría la capacidad de acción inmediata por parte de los Estados miembros ante nuevas evidencias científicas que demuestren riesgos graves para la salud o el entorno.
Este noveno ómnibus representa un avance más en el proceso de desregulación impulsado por la Comisión liderada por Ursula von der Leyen, lo que suscita inquietudes sobre las implicaciones para la salud pública y el medio ambiente.
Clara Bourgin, portavoz de Soberanía Alimentaria de Amigas de la Tierra Europa, ha manifestado: “Estas Navidades, la Comisión Europea nos regala pesticidas tóxicos, un regalo envenenado para la población europea”. Según ella, esta aprobación indefinida conlleva riesgos significativos tanto para la salud humana como para los ecosistemas. Entre las sustancias mencionadas hay compuestos asociados con problemas en el desarrollo infantil y fertilidad, además del impacto negativo sobre polinizadores como las abejas.
Kistiñe García, portavoz de Ecologistas en Acción, también ha expresado su preocupación al señalar que con esta modificación del reglamento, insecticidas peligrosos como el clorpirifós podrían haber permanecido en uso sin restricciones previas. Esto incluye insecticidas dañinos para las abejas y otros organismos vitales para los ecosistemas.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 90 % | Porcentaje de plaguicidas que dejarán de pasar por el proceso de renovación. |
| 10 % | Porcentaje de sustancias activas clasificadas como candidatas a la sustitución. |
| 162 | Número de sustancias nocivas eliminadas desde 2011 gracias al proceso de revisión. |
| 3 años | Nuevo periodo durante el cual los pesticidas altamente tóxicos pueden venderse tras su prohibición. |
Es una propuesta que desmantela algunas de las salvaguardas fundamentales frente a los pesticidas, afectando la protección de la ciudadanía contra la contaminación de tierras, alimentos y acuíferos.
La propuesta permite que la mayoría de los pesticidas obtengan una aprobación indefinida, eliminando la obligación de reevaluar periódicamente los peligros que representan, lo que podría dejar al 90% de los plaguicidas sin revisión regular.
Desde 2011, se han eliminado del mercado diez sustancias cancerígenas, mutágenas y tóxicas para la reproducción, entre otras, gracias al proceso de revisión establecido por el reglamento vigente.
Sin este proceso, decenas de sustancias tóxicas podrían seguir presentes en alimentos y el medio ambiente, afectando directamente la salud pública incluso con nuevas evidencias científicas sobre sus riesgos.
Limita su capacidad para tomar decisiones inmediatas sobre pesticidas sin solicitar previamente una reevaluación dirigida por la Comisión ante nueva evidencia científica que demuestre riesgos graves.
Expertos como Clara Bourgin y Kistiñe García han expresado preocupaciones sobre cómo esta modificación puede poner en riesgo la salud pública y el medio ambiente, permitiendo el uso indefinido de pesticidas peligrosos.