La violencia sexual se ha convertido en un arma para aterrorizar a mujeres y niñas en Sudán, con más de doce millones de personas en riesgo de agresiones, lo que representa un aumento del 80% respecto al año anterior. La agencia de la ONU para la salud sexual y reproductiva hace un llamado urgente por fondos para continuar su labor tras recortes significativos de donantes. Esta situación crítica destaca la necesidad de atención y recursos para combatir la violencia y proteger a las poblaciones vulnerables en el país.
Más de doce millones de mujeres y niñas, así como un número creciente de hombres y niños, se encuentran en grave riesgo de sufrir agresiones sexuales en Sudán. Esta alarmante cifra representa un incremento del 80% en comparación con el año anterior, según un informe de la agencia de la ONU dedicada a la salud sexual y reproductiva.
La situación ha llevado a las autoridades a hacer un llamado urgente por fondos que permitan continuar con su labor en medio de recortes significativos provenientes de varios donantes. La violencia sexual se ha convertido en una estrategia deliberada para aterrorizar a las comunidades, afectando profundamente la vida cotidiana y la seguridad de los individuos más vulnerables.
El aumento exponencial de estos casos resalta la necesidad imperiosa de una respuesta coordinada y efectiva por parte de la comunidad internacional. La agencia de la ONU enfatiza que sin financiamiento adicional, sus esfuerzos para combatir esta crisis se verán severamente comprometidos.
A medida que la violencia continúa escalando, es crucial que se tomen medidas inmediatas para proteger a las víctimas y prevenir futuras agresiones. La situación actual no solo afecta a las mujeres y niñas, sino que también tiene repercusiones graves para toda la sociedad sudanesa.
Más de doce millones de mujeres y niñas, además de un número creciente de hombres y niños, corren el riesgo de sufrir agresiones.
Se ha registrado un aumento del 80% en el riesgo de agresiones con respecto al año anterior.
La agencia de la ONU para la salud sexual y reproductiva está alertando sobre esta grave situación.
Se requieren fondos urgentes para continuar su trabajo tras los recientes recortes de numerosos donantes.