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La ONU exige a los gobernantes que acaben con las muertes de los trabajadores humanitarios
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(Foto: ONU)

La ONU exige a los gobernantes que acaben con las muertes de los trabajadores humanitarios

Por Patricia Mengual
lunes 19 de agosto de 2024, 15:56h

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El 2023 se convirtió en el más mortífero para quienes ayudan a otros en momentos de necesidad, carencias y aflicción. Gran parte de ese triste récord se debe al conflicto en Gaza y los bombardeos del Israel sobre la Franja. Otros conflictos que también han costado la vida de los trabajadores humanitarios han sido los de Sudán y Sudán del Sur.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) ha destacado este lunes, con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que los trabajadores humanitarios que se encuentran en primera línea de los conflictos del mundo están siendo asesinados en un número sin precedentes.

Con 280 trabajadores humanitarios muertos en 33 países el año pasado, 2023 ha sido el año más mortífero registrado por la comunidad humanitaria mundial.

Esta cifra escandalosamente alta representa un aumento del 137% en comparación con 2022, año en el que murieron 118 trabajadores humanitarios.

El año 2024 puede ir camino de ser aún más mortífero. Hasta el 7 de agosto, 172 trabajadores humanitarios habían sido asesinados, según el recuento provisional de la base de datos Aid Worker Security Database.

Bombardeos israelíes sobre Gaza

Más de la mitad de las 2023 muertes se registraron en los tres primeros meses, de octubre a diciembre, por las hostilidades en Gaza, en su mayoría como consecuencia de ataques aéreos llevados a cabo por Israel.

Desde octubre, más de 280 trabajadores humanitarios, la mayoría de ellos miembros del personal de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés y cuyo nombre oficial es Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS), han muerto sólo en Gaza.

Los niveles extremos de violencia en Sudán y Sudán del Sur también han contribuido al trágico número de víctimas mortales, tanto en 2023 como en 2024.

En todos estos conflictos, la mayoría de las víctimas son personal nacional.

Asimismo, muchos trabajadores humanitarios siguen detenidos en Yemen.

Rendición de cuentas

«La normalización de la violencia contra los trabajadores humanitarios y la falta de rendición de cuentas son inaceptables, inconcebibles y enormemente perjudiciales para las operaciones de ayuda en todo el mundo», declaró Joyce Msuya, coordinadora del Socorro de Emergencia de la ONU.

«Hoy reiteramos nuestra exigencia de que las personas en el poder actúen para poner fin a las violaciones contra la población civil y a la impunidad con la que se cometen estos atroces ataques», agregó.

En este Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, los trabajadores humanitarios y quienes apoyan sus esfuerzos en todo el mundo han organizado actos para solidarizarse y llamar la atención sobre el horripilante número de víctimas de los conflictos armados, incluido el personal humanitario.

Carta a los gobiernos

Además, se ha enviado una carta conjunta de líderes de organizaciones humanitarias a los Estados pidiendo a la comunidad internacional que ponga fin a los ataques contra civiles, proteja a todos los trabajadores humanitarios y exija responsabilidades a los autores.

En la carta, las agencias humanitarias señalan que “las brutales hostilidades que estamos presenciando en múltiples conflictos en todo el mundo han sacado a la luz una terrible verdad: vivimos en una era de impunidad” y destacan que “los ataques que matan o hieren a civiles, incluido el personal humanitario y sanitario, son devastadoramente frecuentes. Sin embargo, a pesar de la condena generalizada, las violaciones graves de las normas de la guerra quedan impunes con demasiada frecuencia”.

Este statu quo es vergonzoso y no puede continuar”, aseguran.

La misiva también expone que las organizaciones dirigidas por mujeres y el personal humanitario femenino se enfrentan a riesgos únicos y a menudo mayores, por el mero hecho de ser mujeres, mientras el impacto en la salud mental de civiles y trabajadores humanitarios ha alcanzado niveles sin precedentes.

Por eso, los trabajadores humanitarios hacen un llamamiento a todos los Estados, a las partes en los conflictos armados y a la comunidad internacional en general para que:

  1. Pongan fin a los ataques contra civiles y tomen medidas activas para protegerlos, así como a las infraestructuras civiles esenciales de las que dependen
  2. Protejan a todos los trabajadores humanitarios, incluidos los agentes locales y nacionales, así como sus instalaciones y bienes, y faciliten su labor, como se pide en la Resolución 2730 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada este mes de mayo
  3. Exijan responsabilidades a los autores. Quienes cometen violaciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH) no pueden quedar impunes

Y añaden que: “Hacer la vista gorda cuando se ataca a los trabajadores humanitarios no hace sino envalentonar a quienes tratan de obstaculizar su labor. Esto sólo sirve para aumentar la inseguridad alimentaria, la desnutrición infantil, los desplazamientos involuntarios y la propagación de enfermedades infecciosas y otras amenazas”.

Sus efectos inmediatos no sólo se limitan a las zonas de conflicto, sino que a menudo se extienden mucho más allá.

Los trabajadores humanitarios se comprometen a seguir prestando ayuda en crisis humanitarias en todo el mundo, pero afirman que la situación exige que adoptemos una postura unida para pedir la protección de nuestro personal, nuestros voluntarios y los civiles a los que servimos

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