Más de 2,2 millones de niñas en Afganistán han sido privadas de educación durante cuatro años, según Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. Desde que se prohibió a las adolescentes asistir a la escuela más allá del sexto grado, la situación ha empeorado con el retorno de más de 2 millones de afganos. Esta exclusión educativa no solo afecta su desarrollo académico, sino también su bienestar social y mental. UNICEF hace un llamado urgente a las autoridades para levantar esta prohibición y permitir que todas las niñas accedan a la educación, esencial para el progreso y estabilidad del país. La falta de acceso a la educación está contribuyendo al aumento de problemas como matrimonios tempranos y salud mental deteriorada entre las jóvenes.