Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse un 7,6% cada año entre 2020 y 2030 para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de que el calentamiento global se sitúe en 1,5ºC con respecto a la era preindustrial, lo que significa quintuplicar los esfuerzos actuales, ya que los actuales compromisos climáticos de los países implican un incremento de 3,2ºC, con sus consiguientes impactos destructivos.
Así se recoge en el décimo informe anual del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), también conocido como ONU Medio Ambiente, sobre la disparidad de las emisiones, hecho público este martes a pocos días de que comience la 25ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (conocida como COP25 o Cumbre del Clima), que tendrá lugar en Madrid del 2 al 13 de diciembre.
El informe principal de ONU Medio Ambiente evalúa cada año la llamada "brecha de emisiones", es decir, la disparidad entre los niveles de emisiones previstos en 2030 y los requeridos para cumplir con los objetivos de calentamiento de 2ºC o 1,5ºC, recogidos en el Acuerdo de París.
El último ‘Informe sobre la brecha de emisiones’, dado a conocer antes de que los países fortalezcan obligatoriamente sus compromisos climáticos en 2020, indica que la ambición climática colectiva supone quintuplicar los esfuerzos comprometidos para que la subida de temperatura se quede en 1,5ºC.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha advertido de que ir más allá de la meta de 1,5ºC aumentará la frecuencia e intensidad de los impactos climáticos, como las olas de calor y las tormentas presenciadas en todo el mundo en los últimos años.
El año 2020 es crucial para la acción climática y la Cumbre del Clima que tendrá lugar entonces en Glasgow (Reino Unido) debe determinar la futura senda de los planes de los países revertir la crisis climática, por lo que se espera que allí intensifiquen significativamente sus compromisos.
1,5% MÁS EN LA ÚLTIMA DÉCADA
El informe revela que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron un 1,5% anual durante la última década. Las de en 2018, incluidos los cambios en el uso del suelo, como la deforestación, alcanzaron un nuevo máximo de 55,3 gigatoneladas de CO2 equivalente.
Para limitar las temperaturas, las emisiones anuales en 2030 deben ser 15 gigatoneladas de CO2 equivalentes más bajas que las actuales contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), que son los compromisos climáticos de los países en virtud del Acuerdo de París, para la meta de 2ºC o 32 gigatoneladas inferiores para cumplir el objetivo de 1,5ºC.
Sobre una base anual, esto significa recortes en las emisiones del 7,6% entre 2020 y 2030 para alcanzar el propósito de 1,5ºC y del 2,7% para el de 2°C. Para cumplir con estos recortes, los niveles de ambición de los compromisos climáticos nacionales deben aumentar al menos cinco veces para el objetivo de 1,5°C y tres veces para el de 2°C.
"Nuestro fracaso colectivo para actuar de manera temprana y dura contra el cambio climático significa que debemos realizar ahora recortes profundos de las emisiones, más del 7% cada año, si lo desglosamos de manera uniforme durante la próxima década", resumió Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, quien añadió: "Esto muestra que los países simplemente no pueden esperar hasta el final de 2020, cuando vencen los nuevos compromisos climáticos, para intensificar la acción. Ellos, y cada ciudad, región, empresa e individuo, deben actuar ahora".
Andersen subrayó que es necesario "reducir las emisiones tanto como sea posible en 2020" y comprometer "contribuciones determinadas a nivel nacional más fuertes para impulsar las grandes transformaciones de las economías y las sociedades". "Necesitamos ponernos al día con los años en los que procrastinamos", agregó, al tiempo que sentenció: "Si no hacemos esto, la meta de 1,5ºC estará fuera de alcance antes de 2030".
RICOS Y POBRES
Por otro lado, el Pnuma señaló que las naciones del G-20 representan colectivamente el 78% de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero sólo cinco de sus miembros se han comprometido con un objetivo de cero emisiones a largo plazo.
A corto plazo, los países desarrollados tendrán que reducir sus emisiones más rápido que los países en desarrollo, por razones de equidad y equidad. Sin embargo, todos deberán contribuir más a los efectos colectivos. Las naciones en desarrollo pueden aprender de los esfuerzos exitosos de las más ricas e incluso pueden adoptar tecnologías más limpias a un ritmo más rápido, según el Pnuma.
De manera crucial, el informe dice que todas las naciones deben aumentar sustancialmente en 2020 la ambición en sus NDC y persistir en políticas y estrategias para implementarlas, puesto que hay soluciones para hacer posible el cumplimiento de los objetivos de París, pero no se aplican lo suficientemente rápido ni a una escala suficientemente grande.