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Investidura: “dejar pelos en la gatera”
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Investidura: “dejar pelos en la gatera”

Por José Luis Úriz Iglesias
viernes 06 de octubre de 2023, 12:30h

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Estamos ya en la recta final de la consecución de otro gobierno de coalición de progreso e izquierdas.

Después del fracaso de Feijóo que nos ha hecho como país perder más de un mes, ahora viene la investidura de verdad, la seria.

El rey no ha tenido más remedio que mandatar a Pedro Sánchez formar gobierno, a pesar del ruido externo e interno que ha tratado de impedirlo.

La ciudadanía el pasado 23-J dictó sentencia y ahora solo falta concretarla debidamente.

La alternativa ya la sabemos; repetición electoral y el riesgo de que esta vez les salgan las cuentas a la derecha extrema y la extrema derecha, que ya sabemos van en pack.

Con toda probabilidad este hecho, la repetición, sería más perjudicial tanto para la izquierda estatal como para la periférica y también para PNV y Junts.

Si eso es así y parece que todos lo tienen claro, ¿qué sentido tiene no llegar a acuerdo?

Cueste lo que cueste a ambas partes negociadoras hay que evitar que estas derechas extremas accedan también al poder del estado, porque además tienen ya el municipal y autonómico de manera casi absoluta.

Volveríamos de un plumazo a la época postfranquista.

Por eso cabe exigir que se dejen “pelos en la gatera” para conseguirlo,

Decía Pedro Sánchez en la comparecencia para informar que había aceptado la propuesta del monarca, que había que actuar con política, responsabilidad y generosidad, aunque quizás le faltó señalar que también con imaginación y audacia. Como precisamente lo hicieron los padres de nuestra actual Constitución.

Generosidad para ceder al otro, imaginación para hacer cuadrar sus demandas en esa nuestra máxima norma y audacia para hacerlo aguantando las presiones externas y en especial internas. De eso depende el éxito del intento.

Convertir España en un país de países sin quebrar ninguna norma, cerrando al mismo tiempo las heridas de 2017.

¿Cómo?

Desde luego poniendo en marcha un gigantesco esfuerzo didáctico, para desmontar la manipulación y las mentiras que vienen de la derecha social, política y mediática.

Si se llega a acuerdo no se aprobará una amnistía como la de 1977, eso es rigurosamente falso, sino unas medidas de gracia para devolver a la política lo que nunca se debió judicializar.

Sólo para los sucesos acontecidos en esas fechas y que provocaron que cientos de ciudadanos tengan pendientes juicios y condenas que puedan ser inadmisibles.

Por ejemplo, los bedeles que abrieron los colegios donde se votó, sus direcciones, funcionarios, incluso policías encausados como consecuencia de los incidentes.

Esas medidas de gracia, que no amnistía, permitirían restablecer más aún la paz y la concordia en Catalunya y por tanto en España.

Una amnistía como la que manejan de manera espuria las derechas y sus cómplices, supondría la salida a la calle de los miembros de ETA aún en las cárceles y no es el caso. Y demás esto no está prohibido expresamente en nuestra Constitución. Conviene dejarlo muy claro.

¿Qué pasaría si se le expusiera a la ciudadanía española qué prefería, si una medida de gracia así que trajera como consecuencia unas políticas sociales continuistas de lo hecho la legislatura anterior, o una vuelta al pasado con PP-VOX?

Parece evidente la respuesta. Por ahí también debe ir la campaña didáctica.

También conviene aclarar que NO se va a acordar la celebración de un referéndum por la autodeterminación en esta legislatura. Incluso para evitar manipulaciones los independentistas debieran constatar de que va a ser así ya que lo que estamos negociando ahora es ESTA legislatura. Un compromiso en ese sentido ayudará mucho.

Podría ser una solución adecuada para ambas partes.

Otra cosa es que se pueda dejar claro que existen mecanismos adecuados a nuestra norma máxima, para la realización de una consulta pactada en Catalunya tal y como se refleja en su artículo 92.

“1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.

  1. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados.
  2. Una ley orgánica regulará las condiciones y el procedimiento de las distintas modalidades de referéndum previstas en esta Constitución.”

Cierto es que señala “consultivo” y no decisivo, pero ese podría ser un primer paso que podía resultar último si en él la ciudadanía catalana dijera No a la propuesta y el “todos” se podría interpretar como la ciudadanía de Catalunya.

Como conclusión. ¿Las negociaciones próximas serán complejas? Indudablemente. ¿Habrá que ser flexibles y ceder ambas partes, dejar “pelos en la gatera”? Por supuesto.

Pero si se le ponen altas dosis de generosidad, imaginación y audacia para buscar nuevas soluciones a viejos problemas, podrán resultar exitosas.

Confiemos en la lucidez y sensatez de ambas partes. Esperemos que se vean imbuidos por la altura de miras de la Transición, esa que tanto utilizan para falsearla y ensuciarla las derechas y sus cómplices traidores.

Nos jugamos mucho, quizás la vez que más en nuestra historia reciente.

Los demás apoyemos, empujemos y en ningún caso estorbemos.

Veremos…

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