Pese a que la lluvia hizo acto de presencia, los cientos de aficionados japoneses que llenaban las gradas en Motegi acudieron a una carrera trepidante, con adelantamientos en ocasiones temerarios, en otros excelentes. El duelo final de este gran premio de Japón pasará a la historia sea cual sea el desenlace final de un campeonato igualadísimo.