Un informe de Greenpeace revela que España es el segundo país de Europa con las conexiones en tren más caras en comparación con los vuelos, donde un trayecto como Barcelona-Londres puede costar hasta 26 veces más en tren. Este análisis destaca una movilidad ineficiente en Europa, donde el 92 % de las rutas transfronterizas son más económicas en avión. Las aerolíneas, favorecidas por privilegios fiscales, contribuyen a agravar la crisis climática al emitir cinco veces más CO₂ por pasajero-kilómetro que los trenes. Greenpeace exige reformas para hacer el transporte ferroviario más asequible y sostenible, incluyendo la eliminación de subvenciones a la aviación y la mejora de la infraestructura ferroviaria.
España se posiciona como el segundo país de Europa con las tarifas de tren más elevadas en comparación con los vuelos, según un reciente informe de Greenpeace. Un trayecto en tren de Barcelona a Londres puede alcanzar los 389 euros, mientras que un vuelo low-cost cuesta apenas 14,99 euros, lo que representa una diferencia de hasta 26 veces más. Este análisis pone de manifiesto un modelo europeo de movilidad ineficiente que favorece al medio de transporte más contaminante.
El informe titulado “Volar barato se paga caro: cómo las aerolíneas compiten con el tren y agravan la crisis climática”, publicado por Greenpeace, revela que el 92 % de las rutas transfronterizas analizadas en España son más costosas en tren que en avión. Solo Francia supera a España en este aspecto negativo.
A pesar del impacto ambiental significativo del transporte aéreo, volar sigue siendo la opción más económica para muchos viajeros en Europa. Greenpeace llevó a cabo un estudio comparativo que abarca 142 rutas en 31 países europeos, encontrando que los vuelos son más baratos que los trenes en el 54 % de las rutas transfronterizas examinadas.
José Luis García Ortega, responsable del Área de Clima, Energía y Movilidad de Greenpeace España, comentó: “A pesar de ser el medio de transporte más contaminante, usar el avión tiene premio: gracias a sus privilegios fiscales, las aerolíneas compiten de manera desleal con el tren.”
Las aerolíneas de bajo coste como Ryanair y easyJet dominan el mercado europeo con tarifas que frecuentemente están por debajo incluso de los impuestos aeroportuarios. Esto es posible porque los combustibles para aviación no están gravados y los billetes internacionales están exentos de IVA. En contraste, los operadores ferroviarios deben pagar el IVA completo y sus precios incluyen todos los costos energéticos y peajes.
El costo ambiental es alarmante; los vuelos emiten cinco veces más CO? por pasajero-kilómetro que los trenes. Comparado con ferrocarriles alimentados por energía renovable, su impacto puede ser hasta 80 veces mayor. Sin embargo, las tarifas aéreas artificialmente bajas continúan atrayendo a los viajeros.
El informe examina 19 rutas con origen o destino en España y revela que nuestro país presenta una alta proporción de trayectos donde viajar en tren resulta significativamente más caro que hacerlo en avión. Una razón clave es la dependencia del sistema ferroviario francés para la mayoría de estas conexiones, lo cual eleva considerablemente los precios.
A pesar del panorama desalentador para las conexiones transfronterizas, hay un rayo de esperanza: cinco de las seis rutas nacionales analizadas resultaron ser más económicas en tren que en avión. Esto incluye la ruta A Coruña-Barcelona, que había sido históricamente más cara en tren.
Greenpeace hace un llamado a la Unión Europea y a los gobiernos nacionales para reformar las políticas relacionadas con el transporte. La organización propone eliminar subvenciones a la aviación e introducir un sistema simplificado para la compra de billetes ferroviarios. Además, aboga por la creación de “billetes climáticos” asequibles, permitiendo así una tarifa plana válida para todo tipo de transporte público tanto nacional como internacional.
A medida que se presentan pequeñas mejoras en las conexiones ferroviarias europeas desde 2023, todavía queda un largo camino por recorrer antes de que el tren pueda competir efectivamente con los vuelos ultrabaratos fuertemente subvencionados.
Descripción | Cifra |
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Costo del trayecto en tren Barcelona-Londres | 389 euros |
Costo del vuelo low-cost Barcelona-Londres | 14,99 euros |
Emisiones de CO? por pasajero-kilómetro (vuelos vs trenes) | 5 veces más altas para vuelos |
Proporción de rutas donde volar es más barato que el tren (en %) | 54% |
España ocupa esta posición debido a que la mayoría de las rutas transfronterizas utilizan la red ferroviaria de alta velocidad francesa, que es relativamente cara. Además, muchas rutas requieren la compra de dos billetes separados, lo que encarece el viaje total.
Los vuelos son más baratos en gran parte debido a privilegios fiscales, como la exención de impuestos sobre combustibles de aviación y el IVA en billetes internacionales. En contraste, los operadores ferroviarios deben pagar el IVA completo y otros costos asociados.
Los vuelos emiten de media cinco veces más CO? por pasajero-kilómetro que los trenes. Además, si se compara con trenes que utilizan electricidad 100% renovable, su impacto puede ser más de 80 veces peor.
Greenpeace insta a eliminar las subvenciones a la aviación, introducir un sistema sencillo de billetes de tren e invertir más en infraestructura ferroviaria pública. También aboga por "billetes climáticos" asequibles para facilitar el uso del transporte público.
Sí, desde 2023 ha aumentado un 14% la proporción de rutas donde el tren es predominantemente más barato gracias a mejores conexiones ferroviarias y una reducción en las conexiones aéreas ultrabaratas.