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Huracán Milton: ¿Por qué cada vez son, y serán, más devastadores?
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(Foto: Greenpeace)

Huracán Milton: ¿Por qué cada vez son, y serán, más devastadores?

jueves 10 de octubre de 2024, 15:57h

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El huracán ya ha dejado a casi tres millones de hogares sin suministro eléctrico y un número aún indeterminado de fallecidos en EEUU.
Greenpeace lamenta el impacto causado en las últimas horas por el huracán Milton en Florida (EEUU), que ha dejado a su paso, además de víctimas personales, daños cuyo coste puede ser uno de los mayores de la historia. Del mismo modo, la organización lamenta otros tantos fenómenos meteorológicos extremos que se suceden, cada vez más intensamente, por todo el planeta, dejando enorme devastación. Greenpeace espera que el dolor de las víctimas y damnificados no sea en vano y que estos eventos meteorológicos (huracanes, inundaciones, olas de calor, incendios…), cada vez más extremos, sirvan para entender la necesidad de terminar urgentemente con las causas que los generan.

¿Por qué los huracanes cada vez son, y serán, más devastadores?

Desde Greenpeace recuerdan que siempre ha habido huracanes pero, con la crisis climática, cada vez están siendo más frecuentes e intensos. Ante eventos como Milton las autoridades nacionales e internacionales pueden decidir lamentarse y prepararse para una escalada segura o tomar medidas drásticas, urgentes y bien conocidas para evitarlos. La ciencia y los informativos cuentan, frecuentemente, cómo el cambio climático está calentando la atmósfera y también mares y océanos. El agua marina caliente proporciona vapor de agua que se eleva. Al estar cada vez más caliente, el choque con otras temperaturas atmosféricas genera tormentas y huracanes cada vez más potentes. En los últimos 50 años, la ciencia ha constatado que los huracanes ya no amainan tanto al tocar tierra como sucedía antes, ahora llevan mucha más energía y, por tanto, son impulsados tierra adentro, multiplicando su capacidad destructora.

Solo en los últimos 40 años, la temperatura de la superficie marina ha aumentado 0,6ºC, pero desde la época pre-industrial, el incremento ha sido de 0,9ºC. Un grado no parece mucho pero, para llevarlo a una escala más conocida, la del ser humano, la distancia entre 37º y 38º marca la diferencia entre la salud y la fiebre.

Las aguas del Golfo de México no son una excepción a la tendencia global y presenta temperaturas por encima de la media de forma constante desde 2022, llegando a alcanzar picos de más de 1,7ºC por encima de los valores normales. La elevada temperatura del agua, que la ciencia y los ecologistas llevan tiempo denunciando, hacían predecir, entre otros factores, que este año tendría una temporada de huracanes más activa de lo habitual. Y se está cumpliendo. El 1 de julio, Beryl se convirtió en el primer huracán de categoría 5 en azotar el Atlántico en una fecha tan temprana desde que se tienen registros. El huracán Hélene llegó, hace apenas unas semanas, a las costas norteamericanas con categoría 4, dejando más de 200 fallecidos y cuantiosos daños materiales. Ahora, cuando aún la población no se ha recuperado de Heléne, el huracán Milton ha impactado de nuevo en las costas de Florida. Lo vemos también en otras partes del planeta.

Causas y responsables conocidos pero impunes

La principal causa de la emergencia climática, que genera esos fenómenos crecientes, es la emisión de gases de efecto invernadero, provocados, principalmente, por los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas). Pero lejos de reducirlos, cada año se emiten más, por lo que, tras Heléne y Milton, vendrán más huracanes y más devastación. Estos desastres en aumento tienen responsables claros y los principales son las compañías petroleras. Empresas como Repsol, la principal responsable del cambio climático de nuestro país, están detrás de los peores efectos de la crisis climática y han de rendir cuentas. Tras décadas de encubrimientos y negacionismo climático, ahora las corporaciones de petróleo y gas han optado por el lavado verde (greenwashing) y por retrasar las soluciones, mientras siguen extrayendo y vendiendo combustibles impunemente.

Para el responsable de cambio climático de Greenpeace, Pedro Zorrilla, “Es descorazonador ver hoy el daño que generan fenómenos como Milton, pero lo es más aún constatar que no se está haciendo lo suficiente por evitarlos. La forma de abordar una escalada de estos eventos es conocida y pasa por la eliminación gradual, pero rápida, de los combustibles fósiles. Los Gobiernos tienen una nueva oportunidad para actuar el próximo mes en la COP de Clima. Si de verdad les importa este problema, más allá de enviar condolencias, deberán impedir nuevas perforaciones e infraestructuras fósiles e implementar más impuestos sobre el petróleo, el gas y el carbón. Es decir, hacer que los que contaminan paguen”.

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