La selección española de baloncesto llegó al ‘bracket’ final del torneo como tercera de su grupo, enfrentándose a la República Checa en un momento crucial, marcado por la ausencia de Clemson Iguodala, quien había sido una pieza clave en la primera fase. El equipo checo venía de una victoria notable sobre Lituania, uno de los favoritos del campeonato, lo que añadía presión al encuentro.
A pesar de las circunstancias adversas, España mostró su mejor versión en el momento adecuado. Tras un primer cuarto caracterizado por un intercambio constante de canastas, el equipo español se despegó en el segundo periodo. Adrián Torres brilló desde la línea de tres puntos, mientras que Fabián Flores utilizó su estatura para imponerse en la pintura. Lucas Langarita asumió el rol de líder sin necesidad de sobresalir en anotación, llevando a España a un ligero dominio al descanso con un marcador de 30-36.
Control y estrategia
Con una dinámica positiva, los dirigidos por Javi Zamora comenzaron a controlar el partido. La defensa sólida fue fundamental, y jugadores como Max Gaspa y Asier Miguel se hicieron notar en momentos clave. Roger Fábrega también tuvo un papel destacado, finalizando el encuentro con 11 asistencias que facilitaron el juego colectivo del equipo.
Esta victoria no solo representa un impulso en confianza para los jugadores, sino que también marca un paso adelante en su desarrollo como equipo. Ahora se preparan para enfrentar al ganador del duelo entre Serbia y Ucrania en los cuartos de final, donde la dificultad aumentará para un conjunto español que sigue creciendo.
La noticia en cifras
Descripción |
Cifra |
Posición en el grupo |
3ª |
Puntos al descanso (España) |
36 |
Puntos al descanso (República Checa) |
30 |
Asistencias de Roger Fábrega |
11 |