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olas de calor

22/08/2025@14:14:52

El aumento de las olas de calor representa una grave amenaza para la salud de millones de trabajadores expuestos a condiciones extremas, según un informe de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Meteorológica Mundial. Los efectos adversos incluyen golpes de calor, deshidratación y trastornos neurológicos, que pueden ser mortales si no se tratan adecuadamente. Además, la productividad laboral disminuye entre un 2% y 3% por cada grado que supera los 20°C, lo que afecta tanto la salud como la economía. Se estima que más de 2400 millones de trabajadores están en riesgo, especialmente en sectores vulnerables como agricultura y construcción. Las recomendaciones incluyen políticas específicas de salud laboral y educación sobre el estrés térmico. La protección urgente de estos trabajadores es esencial frente al cambio climático, que intensifica estas condiciones peligrosas.

El calor extremo se ha convertido en una amenaza cotidiana a nivel mundial, con temperaturas récord y devastadores incendios forestales que afectan la salud y la economía. A un año de la advertencia de la ONU sobre este fenómeno, amplias regiones, desde Estados Unidos hasta el norte de África, enfrentan condiciones peligrosas. Las agencias internacionales instan a implementar sistemas de alerta y planes sanitarios para proteger a las poblaciones vulnerables. La Organización Meteorológica Mundial destaca que el mundo no está preparado para enfrentar estos eventos cada vez más frecuentes, subrayando la necesidad urgente de acción coordinada para mitigar sus efectos y salvar vidas.

Entre el 16 de mayo y el 13 de julio de 2025, se han registrado 1.180 muertes atribuibles a altas temperaturas en España, un aumento del 1.300% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este incremento se ha correlacionado con 76 activaciones del nivel rojo por calor extremo, una cifra sin precedentes frente a ninguna activación en 2024. El mes de junio alcanzó una temperatura media de 23,6ºC, superando el récord histórico anterior. La mayoría de las víctimas eran mayores de 65 años, siendo las comunidades más afectadas Galicia, La Rioja, Asturias y Cantabria. Estos datos reflejan un cambio significativo en la severidad del clima y su impacto en la salud pública.

El Mediterráneo ha experimentado un notable aumento de temperatura en los últimos 40 años, con registros que superan hasta cinco grados la media estacional. Este fenómeno, impulsado por el cambio climático y la actividad humana, ha llevado a junio de 2023 a ser el mes más cálido registrado. Desde 1986, las temperaturas del mar han ido en ascenso, alcanzando picos récord en la última década. Las playas más afectadas se encuentran en Murcia, especialmente en el Mar Menor, donde se han documentado anomalías significativas. Este calentamiento no solo impacta el ecosistema marino, sino que también puede aumentar la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas severas. La crisis climática está transformando el Mediterráneo, generando preocupaciones sobre sus efectos en el medio ambiente y las comunidades costeras.

El Ministerio de Sanidad ha actualizado el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud, que se activa del 16 de mayo al 30 de septiembre de 2025. Esta actualización incluye una nueva guía para interpretar alertas térmicas en respuesta a olas de calor. Para más información, se pueden consultar el Plan Nacional y una guía sobre cómo protegerse del impacto de las altas temperaturas en la salud.

El estrés térmico es la principal causa de muerte relacionada con el clima en la región europea, dice la agencia sanitaria mundial, y llama a los gobiernos a tomar medidas para mitigar los choques térmicos en las personas vulnerables. Los efectos negativos del calor y el calor extremo en la salud son en gran medida prevenibles, añade. Entre 2000 y 2019 se produjeron en el mundo 489.000 decesos anuales vinculados al calor.

Europa es el continente que más rápidamente se está calentando. La crisis climática condujo a que 2023 fuera conjuntamente uno de los dos años más cálidos jamás registrado en Europa. Con un número récord de días con "estrés térmico extremo", las muertes relacionadas con el calor fueron superior a la normal.
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Greenpeace ha publicado un informe alarmante que revela que más del 70% de las capitales en España carecen de redes de refugios climáticos, esenciales para proteger a la población del calor extremo. Solo 16 de las 52 capitales disponen de estos espacios, y varias comunidades autónomas, como Extremadura y Castilla-La Mancha, no tienen ninguno. La organización destaca que los horarios de apertura son una gran deficiencia, ya que muchos refugios cierran durante las horas críticas de calor. Además, subraya la necesidad de mejorar la adecuación y accesibilidad de estos refugios para garantizar su efectividad. Ante el aumento de muertes por calor en el país, Greenpeace exige acciones urgentes para adaptar las ciudades y proteger a las personas más vulnerables.

Greenpeace ha lanzado un urgente llamado a la Unión Europea para implementar nuevos impuestos a las empresas fósiles y alcanzar emisiones netas cero para 2040, en respuesta al alarmante aumento de muertes por olas de calor y otros desastres climáticos. En España, se reportan casi 10.000 muertes relacionadas con el calor extremo en los últimos tres años. La organización destaca que el cambio climático está detrás de eventos extremos como incendios, inundaciones y sequías, que agravan la crisis sanitaria y económica. Con la próxima Cumbre del Clima (COP30) en Brasil, Greenpeace enfatiza la necesidad de compromisos internacionales para abordar esta crisis global y proteger a las comunidades vulnerables.

El Gobierno de España ha activado el Plan Nacional de Acciones Preventivas para mitigar los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud, vigente hasta el 30 de septiembre. Este plan busca proteger a grupos vulnerables como mayores, embarazadas y trabajadores al aire libre, ante el aumento previsto de olas de calor por el cambio climático. Incluye un decálogo de recomendaciones que aboga por mantenerse hidratado, evitar actividades físicas intensas en horas calurosas y prestar atención a los síntomas relacionados con el calor. Además, se han establecido niveles de riesgo sanitario y una guía para informar a la población sobre las medidas preventivas.

En 2022, España registró un total de 464.417 defunciones, lo que representa un aumento del 2,96% en comparación con el año anterior. Este incremento se atribuye principalmente a la segunda ola epidémica de gripe y a las olas de calor del verano. A pesar de este aumento, la cifra es inferior a las defunciones reportadas en 2020, durante el primer año de la pandemia de COVID-19. El informe del Ministerio de Sanidad detalla también que la tasa de mortalidad bruta fue de 972 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la tasa ajustada por edad alcanzó los 840,9. Las muertes por COVID-19 disminuyeron significativamente, pasando de 40.039 en 2021 a 31.672 en 2022.

La agencia para la infancia emite seis recomendaciones para que los gobiernos protejan a los niños pequeños, especialmente vulnerables a los efectos del aumento de las temperaturas sobre la salud. Alrededor de la mitad de los niños de la región, unos 92 millones, están expuestos a frecuentes olas de calor.

Un equipo internacional de investigadores en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha analizado las temperaturas en España durante el verano de 2022.