El 3 de octubre de 2015, el hospital de traumatología en Kunduz, Afganistán, fue devastado por ataques aéreos estadounidenses que resultaron en la muerte de 42 personas, entre ellas pacientes y personal médico. A diez años del trágico suceso, la ciudad ha visto la apertura de un nuevo y crucial centro de trauma, aunque la memoria de aquella noche fatídica y la demanda de justicia siguen vigentes.
Un recuerdo imborrable
Fátima, madre de un paciente ingresado en el actual centro de traumatología en julio de 2025, recuerda con angustia: «Mi hijo estaba gravemente herido y no tenía esperanzas de que se recuperara». Gracias al esfuerzo del personal médico, su hijo recibió atención constante y logró recuperarse. Sin embargo, esa misma dedicación no pudo evitar el horror vivido casi una década antes.
En la noche del ataque, el hospital sufrió una serie de bombardeos que impactaron directamente en su estructura. La unidad principal del hospital, que incluía servicios vitales como cuidados intensivos y emergencias, fue golpeada repetidamente. Al finalizar los ataques, se contabilizaron 42 muertes; 24 eran pacientes y 18 miembros del personal médico y cuidadores. Las escenas eran dantescas: pacientes quemados en sus camas y otros asesinados mientras intentaban escapar.
La devastación visible
El Dr. Sayed Hamed Hashammy, cirujano presente esa noche, describió las condiciones del hospital dos semanas después: «Todo estaba quemado», afirmó. Los quirófanos estaban irreconocibles; agujeros en el techo y escombros por doquier evidenciaban la magnitud del desastre. Este ataque se convirtió en el más mortífero contra una instalación médica operada por Médicos Sin Fronteras (MSF).
A medida que las actividades médicas cesaron en el noreste afgano tras el ataque, la necesidad urgente de atención médica se volvió crítica para miles de personas. El acceso a servicios médicos se redujo drásticamente justo cuando más se requerían.
Un nuevo comienzo
A pesar del sufrimiento causado por el ataque, MSF decidió reconstruir. En enero de 2017 se inició la construcción de un nuevo hospital en un lugar diferente dentro de Kunduz. Tras obtener los permisos necesarios y desminar el terreno, las obras comenzaron a finales de 2018. Mientras tanto, se estableció una clínica ambulatoria para atender lesiones menores hasta su cierre durante la pandemia.
Con la intensificación del conflicto en Kunduz en 2021, MSF habilitó una unidad temporal para tratar a los heridos hasta que finalmente trasladó a todos los pacientes al nuevo centro de trauma el 16 de agosto de ese año. A medida que mejoraba la seguridad en la ciudad, los tipos de lesiones también cambiaron; ahora predominan accidentes relacionados con tráfico.
La situación actual
Hoy en día, el nuevo centro cuenta con 79 camas y ofrece atención integral a pacientes con diversas lesiones traumáticas. Entre enero y junio de 2025, se registraron más de 10 mil ingresos urgentes y cerca de 3 mil intervenciones quirúrgicas. Emilie Buyle, coordinadora del proyecto en Kunduz, destaca: «La naturaleza de las lesiones ha cambiado desde 2015; sin embargo, nuestro compromiso con todos los pacientes sigue siendo inquebrantable».
Recordamos a aquellos que perdieron la vida aquel día trágico: Abdul Maqsood, Abdul Salam, Mohibullah y muchos más viven en nuestros recuerdos.
La noticia en cifras
| Cifra |
Descripción |
| 42 |
Total de muertes en el ataque aéreo de 2015 |
| 24 |
Pacientes muertos en el ataque |
| 14 |
Empleados de MSF muertos en el ataque |
| 4 |
Cuidadores muertos en el ataque |
| 79 |
Camas en el nuevo centro de trauma |
| 10,253 |
Pacientes atendidos en la sala de emergencias entre enero y junio de 2025 |
| 3,197 |
Intervenciones quirúrgicas realizadas entre enero y junio de 2025 |
Preguntas sobre la noticia
¿Qué fue destruido?
Nuestro proyecto en Kunduz comenzó en agosto de 2011 como un hospital de 55 camas. Brindamos atención quirúrgica urgente y tratamiento de seguimiento a personas con lesiones traumáticas por explosiones de bombas, metralla y heridas de bala debido al conflicto en curso. Antes de que abriera el hospital, las personas de la región que sufrían lesiones graves se veían obligadas a hacer viajes largos y peligrosos a Kabul o Pakistán, o visitar costosas clínicas privadas. Una vez en funcionamiento, la instalación creció rápidamente a 70 camas, y en 2015 era una instalación de 92 camas. El hospital de Kunduz era el único centro especializado en traumatología del norte de Afganistán.
¿Qué vino después?
MSF, como organización, necesitábamos comprender lo que había sucedido y procesar la pérdida de pacientes, amigos y colegas. El ataque se produjo a pesar de que MSF compartíamos las coordenadas GPS del hospital con el Departamento de Defensa de Estados Unidos, el Ministerio del Interior y Defensa afgano y el Ejército de Estados Unidos en Kabul. Posteriormente, a pesar de las conversaciones con las autoridades estadounidenses y afganas a todos los niveles, MSF no estábamos satisfechos de que las partes involucradas pudieran llevar a cabo una investigación independiente e imparcial.
El centro de trauma de Kunduz, hoy
El nuevo centro de trauma de Kunduz existe hoy en un país que ya no está en guerra pero que lucha con una miríada de otros desafíos. El centro cuenta con una sala de emergencias, una unidad de cuidados intensivos, servicios para pacientes hospitalizados y ambulatorios, quirófanos y espacio para fisioterapia. El centro tiene 79 camas y brinda atención integral a pacientes con lesiones traumáticas por caídas, accidentes de tráfico, municiones sin explotar y más.