Por ello, y dado que cada año se concede más importancia a la iluminación navideña y son más los espacios y ciudades en los que se organizan espectáculos de luces, SEO/BirdLife reclama prudencia a los gestores municipales y a los responsable de estos espacios, principalmente a aquellos que se caracterizan por sus fines educativos y de conservación, como los jardines botánicos de Santa Cruz de Tenerife y Madrid.
“Desde SEO/BirdLife solicitamos a los ayuntamientos que tengan en cuenta el impacto de la iluminación nocturna sobre la biodiversidad y sobre las personas a la hora de diseñar el alumbrado de las ciudades, especialmente en estas fechas. Una buena gestión de la iluminación puede reducir significativamente los impactos de la contaminación lumínica”, destaca Beatriz Sánchez del Programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.
En el caso del espectáculo “Enciende la naturaleza” del jardín botánico Palmetum de Santa Cruz de Tenerife, el delegado de SEO/BirdLife en Canarias, Yarci Acosta, recuerda que “atendiendo a los fines del jardín botánico y desde el punto de vista de la conservación de sus especies, y por ser un espacio dedicado a la educación ambiental, consideramos que es importante que se evalúe el impacto del espectáculo para la biodiversidad y se tomen las medidas necesarias para garantizar que ese impacto sea compatible con su conservación”.
Impactos de la contaminación lumínica
La contaminación lumínica interfiere con los patrones naturales de orientación/desorientación y de atracción/repulsión de los animales, siendo un ejemplo de esto tanto el caso de tortugas recién nacidas en playas de arena que se desorientan y, en lugar de dirigirse al mar, acaban perdidas, pudiendo perecer de agotamiento, inanición o atropelladas por vehículos, como las “trampas de luz” que afectan a pequeñas aves migratorias que se ven atraídas por luces que corren el riesgo de colisionar entre ellas, de acabar exhaustas o de ser presa fácil de depredadores.
Los insectos se ven atraídos por las luces y acaban muriendo de agotamiento o víctimas de depredadores. Algunas ranas ven afectadas sus comportamientos reproductivos, mostrándose menos selectivas a la hora de escoger pareja en presencia de luz artificial nocturna. También se ha comprobado que al aumentar el brillo nocturno, algunas ranas cesan su actividad reproductiva en respuesta a esta perturbación. En aves marinas, uno de los grupos de aves más amenazado del mundo, el impacto de la contaminación lumínica está muy bien documentado según recoge el proyecto Luminaves. En el caso de aves de las familias de las pardelas, paíños y petreles, la contaminación lumínica es una de sus principales amenazas. Solo en Canarias, se puede llegar a rescatar hasta 5.000 aves afectadas al año por colisiones debidas a la contaminación lumínica.
Dificultad en la comunicación e impacto en seres humanos
La comunicación visual entre individuos de una misma especie o de especies diferentes, es otro de los procesos afectados por la contaminación lumínica. Aquellas especies que utilizan la luz para comunicarse se ven especialmente perturbadas, como sería el caso de algunas lombrices bioluminiscentes que, en presencia de luz artificial, ven dificultada la visibilidad de las señales lumínicas que emiten. El sistema de comunicación visual de las luciérnagas también podría verse afectado por la luz artificial. En general, dada la importancia de la visión en muchos animales y la respuesta que esta genera, es lógico pensar que la luz artificial tenga un impacto en su comportamiento.
Los seres humanos no son una excepción a este problema. La alteración de los relojes biológicos humanos por culpa de la contaminación lumínica se relaciona con dificultad para conciliar el sueño, alteración de los hábitos alimentarios y la digestión, alteración de la secreción de determinadas hormonas o, incluso, del control de la temperatura corporal, entre otras.