Entre las reformas llevadas a cabo desde 2012, el Banco Mundial premia la mejora del gobierno corporativo de las sociedades de capital (ley 31/2014), que moderniza y mejora su gobernanza al reforzar el papel de la junta de accionistas en las decisiones empresariales; la reforma fiscal de 2014, que reduce el tipo impositivo del impuesto de sociedades y simplifica y facilita el cumplimiento de las obligaciones fiscales; la reforma concursal (entre 2011 y 2015), que ha permitido reducir el coste y la duración del procedimiento concursal o facilitar los mecanismos preconcursales (acuerdos de refinanciación y acuerdos extrajudiciales de pagos); y la mejora de la eficiencia del registro mercantil y de la Agencia Tributaria.
Como consecuencia, España ha mejorado la posición en varias áreas clave o índices individuales que se utilizan para elaborar el ranking. Por un lado, destaca la subida en el indicador sobre obtención de electricidad, con 36 puestos arriba. Obedece esencialmente a que este año se recogen mejor los procedimientos y coste que debe afrontar una empresa a la hora de obtener electricidad. A su vez, España mejora en el indicador de protección de inversores minoritarios, con 8 posiciones en el ranking; en el indicador de pago de impuestos, con 3 puestos, por la reducción en el porcentaje de beneficios gravados; y en el indicador de cumplimiento de contratos, con otras 3 posiciones, como consecuencia de la reducción de los costes judiciales de la ejecución de contratos.
'Doing Business' es una de las publicaciones anuales más importantes del Banco Mundial. La de este año, es su 15ª edición. Se centra principalmente en pequeñas y medianas empresas en diez áreas clave en la vida de un negocio: trámites y requisitos necesarios para el inicio del negocio, obtención de los permisos de construcción, los necesarios para el acceso al suministro eléctrico, los relativos al registro de la propiedad, al acceso al crédito, a la protección de los accionistas minoritarios, al pago de impuestos, al comercio transfronterizo, la resolución judicial de discrepancias entre las partes de un contrato, y la suspensión de pagos o la quiebra de la empresa.
La elección por el Banco Mundial de los respectivos índices se ha basado en el análisis de sus efectos sobre la innovación, la productividad, el crecimiento y el empleo, así como en la capacidad de realizar observaciones objetivas de sus características. Por ejemplo, en cada uno de estos ámbitos se cuantifica el tiempo, los trámites y el coste en el que incurre una empresa típica para conseguir lo que necesita para su actividad. En definitiva, la elección de los indicadores está basada en la incidencia que la seguridad jurídica, la simplicidad y transparencia de la normativa tienen sobre la actividad económica. También se hace un seguimiento de la normativa laboral, pero éste aspecto no figura en el índice global.
En estos diez ámbitos se mide lo que se llama ¨Distancia Hasta la Frontera¨, que mide la distancia en cada indicador hasta el país que mejor comportamiento tiene en cada índice. Sobre la base de los diez índices individuales se hace una clasificación mundial del clima de los negocios de los 190 países para los que se realiza la investigación.
Con este ranking se trata de influir para que los países adopten las reformas que faciliten la innovación, la productividad y el empleo, a la par que se lanza una señal a los inversores sobre las condiciones de contexto relativas a los proyectos de inversión. El análisis se realiza, para cada país, con base en el estudio de la normativa, pero también se tiene en cuenta en qué medida dicha normativa se refleja en la práctica empresarial.