La alcaldesa ha asistido a la colocación de la placa en la calle de la Pizarra donde tuvo lugar el atentado que le costó la vida. La banda terrorista reanudó con este asesinato su actividad violenta tras 14 meses de tregua.
En la calle de la Pizarra, esquina con el paseo de la Virgen del Puerto, se ha instalado una placa en memoria de Pedro Antonio Blanco, asesinado por ETA en este lugar el 21 de enero de 2000. Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, ha estado presente en este acto, al que también han asistido la viuda de Blanco, así como otros familiares; la directora general de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos; la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, María del Mar Blanco, y representantes de todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Madrid.
La alcaldesa ha destacado la importancia de que Madrid tenga en su recuerdo su historia reciente, y que en especial rememore a aquellas personas que sufrieron la brutalidad, la barbaridad y la inhumanidad del terrorismo que ha sufrido este país y esta ciudad. “Pienso lo terrible que es que no esté él, porque es él quien tenía que estar aquí”, ha manifestado Carmena, quién también ha subrayado que es inasumible que alguien se tome en su mano decidir sobre la vida de otra persona. Igualmente, ha hecho hincapié en el rechazo de todas las personas hacia estos actos violentos, así como la necesidad de defender, entre todas y todos, el gran valor de la vida.
Por su parte, Conchita Martín, la esposa de Blanco, ha señalado que hoy se trata de un día doloroso, pero que cuando el dolor va unido al reconocimiento se convierte a su vez en un día bonito: “Nosotros recordaremos al marido y al padre que perdimos, pero este barrio también necesitaba esta placa, porque aquí hay muchas víctimas que han muerto aquí, y que han muerto lejos de aquí, pero que vivían aquí”.
Placas conmemorativas
El Ayuntamiento de Madrid da cumplimiento, con este acto, al acuerdo plenario, aprobado por unanimidad el 28 de mayo de 2014, por el cual la Corporación acordaba colocar placas conmemorativas en todos aquellos lugares de la ciudad en los que se hubieran producido atentados terroristas con resultado de muerte.
Esta es la primera placa que se instala durante el mandato del actual Gobierno municipal con el mismo espíritu institucional que inspiró la adopción del acuerdo. Las diferentes violencias terroristas que han azotado la ciudad de Madrid en las últimas décadas han dejado un reguero de sufrimiento que merece estar vivo en la memoria colectiva y necesita de la solidaridad con todas las víctimas ya que el terrorismo no ataca solo a una persona concreta, sino que, a través de ella, lo hace al conjunto de la sociedad. Madrid, con el acto de hoy, sigue trazando un auténtico itinerario de la memoria, un itinerario de la libertad.
Pedro Antonio Blanco García, teniente coronel de Intendencia del Ejército, fue asesinado mediante un coche bomba al inicio del 2000, un año especialmente sangriento en el que ETA reanudó sus actividades criminales tras una tregua de 14 meses. Ese día, los terroristas no sólo mataron a Pedro Antonio Blanco y rompieron la vida de su esposa y sus dos hijos, sino que también atacaron a toda la sociedad libre y democrática.