Recomendación para impulsar la Economía Social
Díaz hace avanzar así la Economía Social en Europa, donde más de 2,8 millones de empresas y entidades se enmarcan en este modelo productivo empleando a más de 13,6 millones de personas, pero de forma desigual en los diferentes países. "Con esta recomendación que hoy acordamos, la Economía Social da un importante paso para convertirse en un nuevo pilar de la Europa social", ha asegurado la vicepresidenta Díaz ante sus homólogos europeos. "Es un modelo de éxito que combina eficiencia económica y justicia social, y que nos recuera también la importancia de una mayor democracia en el trabajo para que las personas trabajadoras participen activamente en la toma de decisiones.
Con esta Recomendación se aboga por que los países miembros de la UE, promuevan las cooperativas, mutualidades, centros especiales de empleo, sociedades laborales o fundaciones, entre otros. Se trata de empresas o entidades que garantizan la creación de empleo de calidad, alientan la economía local y tienen una repercusión positiva en la cohesión social y territorial.
El texto aprobado en la EPSCO recoge una definición de la Economía Social como un universo de entidades privadas autónomas que operan primando las personas y el propósito social sobre el lucro. Además, reinvierten la totalidad o la mayor parte de sus ganancias y excedentes en fines sociales y/o ambientales o en actividades de interés para los usuarios o en la sociedad. Asimismo, su gestión se realiza de forma participativa con las personas que las conforman, por lo que la toma de decisiones es más democrática.
Esta Recomendación es la primera norma de la UE centrada específicamente en la Economía Social, una de las tres prioridades de la presidencia española del Consejo de la UE junto al diálogo social y el trabajo decente, y propone diseñar políticas laborales y de empleo que apoyen este tipo de empresas o entidades; mejorar su financiación pública y privada, así como reconocer el papel que la Economía Social juega en la inclusión con, por ejemplo, la prestación de servicios sociales y asistenciales, en especial a grupos desfavorecidos.
La Recomendación impulsada en la Unión Europea remata toda una intensa actividad para incentivar este modelo que en los últimos años, a instancias de la titular de Trabajo y Economía Social, se ha visto reconocido con la primera resolución de la Asamblea General de la ONU que promueve también su desarrollo, así como el apoyo de las instituciones Internacionales: la recomendación adoptada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la resolución sobre el trabajo decente y la Economía Social y Solidaria aprobada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
"Las entidades de la economía social abordan algunos de los mayores retos a los que se enfrenta nuestra sociedad, en particular la integración laboral y social y la cohesión social. Sin embargo, podemos hacer mucho para apoyar el desarrollo de la Economía Social en nuestros Estados miembros y en toda la UE. Tenemos que aprovechar el enorme potencial de la Economía Social para mejorar nuestras respuestas a los retos sociales y medioambientales a los que todos nos enfrentamos y garantizar que nadie se quede atrás", ha defendido Díaz en Luxemburgo.
Conclusiones sobre salud mental en el trabajo de la UE
El Consejo EPSCO dio hoy luz verde además a las primeras Conclusiones en que relacionan la salud mental y el trabajo pero poniendo el acento en la precariedad laboral. "Es una temática que hemos trabajado ya en España con una comisión de expertos y que ahora llevamos a Europa", ha explicado la vicepresidenta. "De ningún modo podemos permitir que el mercado laboral sea fuente de malestar psicológico. El trabajo decente y con derechos que defendemos es la antítesis de la precariedad laboral", ha afirmado do la vicepresidenta.
En 2022 un 27% de las personas trabajadoras en la Unión Europea sufrieron de estrés, depresión y ansiedad.
Entre las propuestas a los Estados miembros que recogen estas Conclusiones se insta a los países a promover políticas de empleo de calidad que combata la precariedad laboral; a apoyar la investigación sobre salud mental en el trabajo con un enfoque preventivo; a impulsar sistemas de vigilancia de la salud mental en las empresas. También se insta a apoyar a los autónomos y a las pequeñas y medianas empresas (PYME) en la prevención de los riesgos psicosociales en el trabajo.
"Con estas conclusiones mandamos un mensaje muy claro desde el Consejo EPSCO: que la salud mental, que no es sino tener vidas vivibles, deber de ser un derecho de todas las personas trabajadoras en Europa, no el privilegio de unos pocos", ha explicado Díaz ante sus homólogos y homólogas europeos.
Debates innovadores en el ámbito laboral
La vicepresidenta también ha planteado a sus colegas el impacto de las nuevas tecnologías en las personas trabajadoras y las posibilidades de una transición digital con derechos. Ante el desafío que supone el sesgo algorítmico y la incursión de la inteligencia artificial en el conjunto de la actividad laboral, la vicepresidenta ha pedido definir bien los límites de esta forma de proceder.
Durante el Consejo EPSCO, la vicepresidenta Díaz ha consultado a sus colegas sobre proyectos, leyes e iniciativas a nivel europeo para explorar la reducción de la jornada de trabajo, un debate que está relacionado con el trabajo decente, la seguridad y la salud en el trabajo, con la brecha de género o la productividad en las empresas.
En opinión de la titular de Trabajo, idear políticas públicas al servicio de la ciudadanía responde a la verdadera esencia del proyecto europeo y, en ese sentido, considera que la presidencia española del Consejo de la UE está demostrando que hay otra forma de hacer las cosas. "Para tener resultados diferentes, necesitamos hacer cosas diferentes, también en Europa", ha concluido.