Este martes, el texto del dictamen que salió la pasada semana de la Comisión de Justicia pudo ser aprobado por el Pleno del Congreso. Sin embargo, no se permitió la remisión de la ley al Senado debido a que la votación de conjunto no logró superar su rango orgánico. Se requería un apoyo mínimo de 176 votos y Junts optó por votar en contra.Este martes, el texto del dictamen que salió la pasada semana de la Comisión de Justicia pudo ser aprobado por el Pleno del Congreso. Sin embargo, no se permitió la remisión de la ley al Senado debido a que la votación de conjunto no logró superar su rango orgánico. Se requería un apoyo mínimo de 176 votos y Junts optó por votar en contra.
Apenas hay precedentes de una situación en la que un texto avalado por el Pleno, del dictamen que salió de la comisión hace una semana, no obtuviese votos suficientes para darse por aprobado y remitirse al Senado.
"En el plazo de un mes", establece el artículo 131.2 del Reglamento, se remite a la comisión de la que salió una iniciativa legislativa de rango orgánico cuando no logra la mayoría absoluta necesaria para darse por aprobada por el Pleno, con el objetivo de redactar un nuevo dictamen.
Tras las elecciones gallegas
A pesar de que la tramitación ordinaria concluyó con la votación del Pleno, algunas fuentes interpretan que el carácter de urgencia se mantiene en la Ley de Amnistía, lo cual acorta los plazos a la mitad.
La próxima semana, la Mesa del Congreso deberá tomar una decisión después de recibir el informe de los servicios jurídicos. Deben publicar el acuerdo de Pleno que informa que la ley no superó la votación orgánica y que se ha encargado a la Comisión de Justicia un nuevo dictamen. A partir de ese momento, comenzarán a contar los plazos, pero en cualquier caso, será después de las elecciones gallegas del 18 de febrero. Durante la semana previa a los comicios, habrá poca actividad en la cámara.
En la Mesa se espera que se decida qué texto se utilizará como base y cuáles de las enmiendas presentadas a mediados de enero aún están vigentes, ya que no se pueden introducir nuevas. En principio, se cuenta con el dictamen aprobado por la Comisión y el Pleno, y los grupos tienen la posibilidad de recuperar las enmiendas que fueron enviadas a la comisión pero no fueron acordadas ni transaccionadas.
En el Congreso, solo hay dos casos anteriores de leyes que han sido rechazadas debido a la falta de mayoría absoluta. Ambos casos están relacionados con reformas de la Ley del Poder Judicial durante la primera legislatura de José María Aznar. Una de las iniciativas fue rechazada y la otra, del año 1997, fue redirigida y finalmente aprobada después de que se emitiera un nuevo dictamen en comisión veinte días después del fracaso en el hemiciclo.
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